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Rememorando al almirante Byrd

Martes 30 de Julio del 2024

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Para muchos la historia antártica está marcada por grandes exploradores como Robert Scott, Otto Gustaf Nordenskjöld o Roald Amundsen, sin embargo, la figura del almirante Richard Byrd pasa inadvertida.

Este ilustre marino estadounidense ha sido muchas veces vinculado a teorías de la conspiración, como son las acciones contra bases alemanas del Tercer Reich en el continente Antártico o el hallazgo de la entrada a la “tierra hueca” teniendo supuesto contacto con avanzadas civilizaciones, sin embargo nos centraremos en la importancia de sus aportes en las exploraciones antárticas y su vínculo con Punta Arenas. El general Ramón Cañas Montalva y su impacto en las expediciones chilenas
ha pedido de mi gentil ayudante evaluaremos la posibilidad de desarrollar las teorías conspirativas antes mencionadas, esto tal vez en una próxima entrega para no desenfocarnos del tema planteado.

Experiencia de Polo a Polo

Richard Byrd fue un importante explorador, aviador y contraalmirante estadounidense, especialmente conocido por sus audaces vuelos sobre la Antártica, que permitieron conocer mejor la configuración geográfica del continente helado.

Byrd había experimentado por primera vez la eficacia de los aviones en la empresa polar de 1925, cuando sobrevoló la isla de Ellesmere partiendo de Groenlandia. El éxito del vuelo le hizo pensar en la posibilidad de alcanzar el Polo Norte por vía aérea y en 1926 realizó el proyecto. El 9 de mayo se elevó sobre Kingsbay, Spitsbergen, a bordo de un monoplano Fokker y, junto con el piloto Floyd Bennett, afirmó haber volado sobre el Polo Norte. Esta hazaña le reportó gran renombre y le sirvió para recibir financiamientos para sus vuelos sobre el Polo Sur. 

Empleó este mismo medio para la exploración de la región antártica. La expedición de Byrd de 1928 al Polo Sur fue cuidadosamente preparada y provista de grandes medios. El campamento base, en la punta norte de la isla Roosevelt, en el mar de Ross, contaba con laboratorios, talleres, almacenes, una estación de radio y un hospital. En esta base, llamada “Little America”, vivieron 14 meses 42 hombres. De allí partió Byrd en avión para dar la vuelta al Polo Sur que sobrevoló el 29 de noviembre de 1929. Su piloto en ese vuelo fue Bernt Balchen. Descubrió la tierra llamada Mary Byrd Land e importantes cadenas montañosas y exploró la tierra de Eduardo VII.

Dando pruebas de gran valor, pasó el invierno de 1934 sólo en una cabaña a casi 200 km de Little America, con objeto de obtener datos científicos.

Espoleado por los éxitos obtenidos, Byrd organizó otras tres expediciones entre 1939 y 1955, en las que se sirvió, además de aviones, de helicópteros y submarinos, permitiendo conocer cada vez mejor la Antártica y estableciendo su continentalidad.

Organizó la Operación High jump, cuya denominación oficial era The United States Navy Antarctic Developments Program, 1946-47 o Programa de Desarrollos Antárticos de la Armada de los Estados Unidos. Se trataba de una serie de maniobras militares que tenían por objeto probar equipos militares y tropa en condiciones antárticas. Estas maniobras tendrían continuidad con la Operación Windmill (1947-1948) y la Operación Deep Freeze (1955-1956).

El almirante Byrd
y Punta Arenas

Cuando el general Ramón Cañas Montalva acuñó el término “Punta Arenas ciudad Antártica” no lo hizo al azar, claramente uno de nuestros grandes intelectuales nacionales vivió y palpó ese ambiente que irradiaban distintas expediciones, entre ellas las lideradas por el almirante Byrd.

Es interesante recorrer nuestras calles y pensar de que manera Richard Byrd, entre otros exploradores, caminaron por Errázuriz para alojar en el antiguo Hotel Kosmos, o de que manera los vecinos y autoridades recibieron a este ilustre explorador.

Su paso por la capital de la Región de Magallanes y Antártica Chilena no pasó inadvertido, siendo registrado en la prensa de la época, como El Magallanes y La Prensa Austral, la figura de este particular explorador que fue agasajado nada menos que con una carrera de caballos en el hipódromo de nuestra ciudad, ocasión que fue acompañado por el mismísimo Ramón Cañas Montalva, con quien tuvo interesantes intercambios respecto a la Antártica, siendo mencionado en más de algún escrito del general. 

Ramón Cañas
Montalva y Richard Byrd

El historiador Francisco Sánchez, en conferencia dictada en el Museo Naval y Marítimo de Punta Arenas, desarrolló la importancia del pensamiento del general Ramón Cañas Montalva, destacando un texto en particular: “Nuestra Soberanía hacia el antártico. Importancia de las rutas marítimas australes”, publicado en 1940. 

Analizando el texto expuesto es interesante destacar algunos párrafos en donde Cañas Montalva se refiere directamente al almirante Richard Byrd, señalando que “la presencia del buque antártico Bear, que comanda el intrépido y prestigioso hombre de ciencias, el señor almirante Byrd, pone sin duda, una de las notas más interesantes y emotivas en lo que a las “regiones australes” se refiere.

Cañas señala que “se ha necesitado de la inquietud que la actual y pasada conflagración mundial ha originado, con el desmedido e insospechado campo de sus acciones bélicas, para llevar no sólo ya la curiosidad, sino determinado, hacia zonas que, como la “polar antártica”, parecía sólo reservada a la somnolienta vida de los cetáceos que pueblan sus mares y hielos”.

“Por nuestra parte, aunque vecinos privilegiados geográficamente, distanciados en más o menos 600 millas del continente Polar-Antártico, poco podemos señalar de positivo con relación a la soberanía que ha debido ejercitarse sobre tan extensas y, al parecer, riquísimas zonas; riquísimas, no tan sólo por las abundantes y valiosas especies marinas, sino, por las materias primas -minerales especialmente-, señaladas por diversas exploraciones”, describe Ramón Cañas Montalva.

Ramón Cañas Montalva sostiene que “la presencia de tan destacada embajada, llamada sin duda a procurar, como lógica consecuencia de sus acuciosas exploraciones, acuerdos internacionales sobre las zonas visitadas; nos mueve a pensar una vez más -sobre la posición de nuestra república ante la pendiente solución-, a la vez que agudizan nuestras reflexiones, sobre la creciente importancia de las “vías marítimas australes”, rutas de nuestra -inmediata dependencia y propiedad- ligadas muy directamente, al futuro y progreso de las “zonas antárticas” en disputa”. 

Concluyendo Ramón Cañas Montalva que “hoy, que el regreso de la Misión Byrd, dará oportunidad a que los Estados Unidos definan sus intereses sobre los mares y Continente Antártico, el que por sus catorce millones de kilómetros cuadrados, dará para satisfacer muchos intereses; es sin duda, el momento más oportuno para que: “Chile defina su posición en la hegemonía que se disputa”; aprovechando, para hacer una realidad las conversaciones iniciadas al respecto con la República Argentina, hace más de treinta años”.

Este interesante y profundo escrito, fechado 30 de marzo de 1940, fue una manifestación clara que no pasó inadvertida, recordemos que casi 6 meses después el Presidente Pedro Aguirre Cerda fijó los límites del Territorio Chileno Antártico, en donde la influencia del general Ramón Cañas fue clave, esto no era casualidad recordemos que el general Cañas mantuvo contacto directo con el mencionado Presidente. 

Es de esta manera que, el intercambio de ideas y perspectivas, entre el almirante Byrd y el general Ramón Cañas Montalva, anteriores y posteriores fundamentales para comprender en parte la visión de nuestro país ante los desafíos en el Territorio Chileno Antártico, en donde no es misterio la importante cantidad de material, equipo e instrumentos estadounidense que nuestro país utilizó en sus expediciones antárticas, en donde sin duda las experiencias de Byrd y su tripulación fueron también importantes.

Años después, en el marco de la operación “High Jump” el cual coincidió con la primera expedición antártica chilena de 1947, trascendió la eventual presencia del almirante Richard Byrd en la inauguración de la Estación Meteorológica y Radiotelegráfica Soberanía (actual Base Naval Antártica Arturo Prat), lo cual finalmente no se concretó
 siendo parte del misterio que envuelve a la figura del almirante Richard Byrd.

¿Por qué no pudo asistir?, ¿qué misterios envuelve la operación “High Jump”? y ¿Cuál fue el rol de la prensa chilena en esto?, creo que son preguntas que serán necesarias esbozar para una próxima entrega en torno a este relevante personaje de la historia Antártica.