“20 días en Mariúpol”: Así es la guerra
Ucrania, 2023
Director: Mstyslav Chernov
En Netflix
“Las guerras no comienzan con explosiones. Comienzan con un silencio” dice el periodista ucraniano Mstylov Chernov mientras recorre las calles de la ciudad de Mariúpol, al sur de Ucrania, y que se encuentra sitiada por tropas rusas.
Es el 24 de febrero del 2022, fecha elegida por el Presidente ruso Vladimir Putin para lanzar un ataque militar hacia el país con el que le unen lazos históricos y fronterizos incorregibles, pero es también el día 1 para el equipo periodístico de la Asociated Press (AP) que decide, en vez de huir, acercarse al lugar del conflicto, para captar las imágenes de lo que se pueda y hasta donde se pueda sobre como es la génesis de un ataque militar.
“20 días en Mariúpol” es el documental que estrenó Netflix hace unas semanas y que injustamente podríamos decir fue el que le arrebató la estatuilla de oro al documental chileno “La memoria infinita” en la última entrega del Oscar, porque en sus menos de dos horas de duración transmite el pavor de la guerra sobre la población civil. Y ese registro son los 20 días que alcanzaron a estar en la ciudad atacada antes de lograr romper el cerco militar ruso y lograr salir del país, para construir una obra, quizás la más impactante y escalofriante de los últimos años sobre el tema.
El documental avanza con una cámara que, se entiende, se mueve nerviosa entre las calles, barrios, albergues y un hospital, para describir un apocalipsis que se inicia con las primeras bombas, el fuego, luego el encierro, el arrinconamiento y las caras de quienes comienzan a entender lo que es vivir la pesadilla en vida. Es la guerra en su versión real y sin que “nadie se los cuente”, donde los géneros del terror y la acción bélica se quedan cortas porque no hay espacio para las garras de Freddy Krueger ni tampoco la figura musculosa y salvadora de Rambo.
“20 días en Mariúpol” contiene imágenes que perturban como la muerte de un bebé, la de una mujer embarazada, el padre y la madre que lloran a sus hijos, un médico que exige a los periodistas que filmen para luego increpar a Putin, y quizás la más fuerte de todas, cadáveres en bolsas de plástico arrojadas a una fosa común con la esperanza de algún día, cuando todo termine, ser reconocidos para recibir una sepultura más digna.
Ahora no es el momento, sólo serán 20 días, la ciudad caerá casi 2 meses después, pero esta bitácora en imágenes es más que suficiente para entender las consecuencias de la guerra en los tiempos modernos y entonces alegrarse de no estar allí. Que nos perdone Ucrania. Que nos perdone Gaza.
Pero sobre todo, “20 días en Mariúpol” complementa la afirmación que Chernov realiza al inicio del documental sobre el silencio que inicia a una guerra.
Después de ese silencio, “20 días en Mariúpol” entrega una respuesta que puede ser también una advertencia: Así es la guerra.