El factor Harris

Desde el comienzo Donald Trump había dominado cómodamente la campaña presidencial de Estados Unidos. Su arrolladora personalidad le permitió ganar permanentes titulares en los medios aunque no siempre a su favor: muchas veces fueron acerca de sus complejos enfrentamientos con la justicia.

Durante este tempestuoso período, contó a su favor con la inocultable debilidad de su contendor, el Presidente Joe Biden, tanto en el debate entre ambos como en otras apariciones del actual Jefe de Estado.

Pero en julio -en muy pocos días- todo cambió radicalmente.

El atentado contra su vida, que milagrosamente sólo le rozó la oreja derecha, le dio un bienvenido período de adhesión y simpatía que culminó con su coronación en la convención republicana. Pero, casi inmediatamente después, el panorama tuvo un vuelco total: Joe Biden renunció a la candidatura y la vicepresidenta Kamala Harris asumió la posta con entusiasmo y la unánime adhesión de los demócratas. Como si fuera poco, la elección del gobernador Tim Walz como compañero de fórmula generó un renovado impulso. La semana pasada, en su primera aparición juntos, la vicepresidenta manifestó: “Como le gusta señalar a Tim Walz, somos guerreros alegres”.

En contraste, la campaña de Trump adquirió un carácter exageradamente negativo.

En varios mensajes publicados este lunes en Truth Social, el expresidente emprendió contra la candidata demócrata con una catarata de mayúsculas: “Kamala es incluso peor que Corrupto Joe [Biden]. Los mercados NUNCA aceptarán a la Lunática de Izquierda Radical que DESTRUYÓ San Francisco y California en su totalidad. ¡El siguiente paso es LA GRAN DEPRESIÓN DE 2024! No se puede jugar con los MERCADOS. ¡EL DERRUMBE DE KAMALA!”. En otro mensaje amenazó con “una Tercera Guerra Mundial si estos estúpidos siguen en el cargo”.

Desde fuera, este tono apocalíptico parece que difícilmente convencerá a los electores. Pero en tiempos de redes sociales, de temores y conflictos no resueltos en todo el mundo, hay que mirarlo con cautela.

Todo es posible. Septiembre, en todo caso, será un mes decisivo.

Tras conocerse la candidatura de Kamala Harris, el expresidente se había centrado en cuestionar su origen racial, heredado de su padre, un jamaiquino de color, y de su madre, una científica india. Intentó algunas crudas ironías al respecto, pero más tarde optó por centrarse en el futuro de la economía de Estados Unidos. En su proclamación oficial se ufanó, entre otras cosas, de que había sido el mejor Presidente de la historia. Y, en esta misma onda, ahora advirtió del peligro de una “gran depresión en 2024″. De culpar a los demócratas por la inflación, pasó a promover su receta de prosperidad: “Los votantes tienen una elección: la prosperidad de Trump o el crac de Kamala”.

La semana pasada, el republicano propuso tres debates con Kamala Harris, para los días 4, 10 y 25 de septiembre. En reunión con la prensa en su residencia de Mar-a-Lago, sugirió que estos encuentros deberían celebrarse en los canales Fox, NBC y ABC, en lugar del único debate programado inicialmente para el 10 de septiembre en ABC.

Argumentó que es crucial “dejar las cosas claras” ante el electorado.

Como parte de estas “clarificaciones”, en la misma reunión atacó a Kamala Harris, asegurando que, si ella llega a ser Presidenta, Estados Unidos enfrentará un “fracaso gigantesco” porque es “peor” que Joe Biden.