Programa de Integración busca mejorar el acceso al aprendizaje de 85 alumnos de la Escuela Padre Hurtado

El Programa de Integración Escolar de la Escuela Padre Alberto Hurtado es un espacio destinado a apoyar a alumnos con necesidades educativas especiales, proporcionando un entorno educativo inclusivo y adaptado a sus necesidades individuales.

Son 85 estudiantes insertos en este plan coordinado por Camila Calbuante Barría, que busca mejorar el acceso al aprendizaje mediante estrategias pedagógicas diversas y adaptadas a las necesidades de cada estudiante, diseñado para ofrecer un apoyo integral y personalizado.

Los trastornos específicos del lenguaje y el déficit atencional son los diagnósticos más habituales. Los primeros presentan tienen dificultades en la comprensión y expresión, mientras que aquellos con déficit atencional encuentran problemas para focalizar su atención en tareas específicas.

El ingreso al programa está normado por un decreto y requiere un diagnóstico inicial, el cual es avalado por profesionales especializados como neurólogos, pediatras, psiquiatras o fisiatras. “Una vez que se cuenta con el diagnóstico, podemos postular a los estudiantes a la plataforma y brindarles los apoyos multidisciplinarios necesarios,” explica Calbuante, quien precisa que cualquier estudiante con dificultades puede recibir apoyo del programa, independientemente de si recibe subvención o no.

Uno de los componentes clave del programa es la sala de estimulación multisensorial, que nació en 2023 gracias a fondos concursables de Senadis. Carolina Chávez Hernández, técnico en educación especial, expresa que cada implemento en esta sala tiene un propósito. “Trabajamos también con fibra óptica y luces, las cuales representan diferentes estímulos que ayudan en el aprendizaje y bienestar emocional de los niños”, detalla.

La sala está equipada con una cortina de fibra óptica, un tubo de burbujas y luces que cambian de color, proporcionando un entorno calmado y estimulante.

Los testimonios de los escolares reflejan el impacto positivo de este proyecto. Emilia Muñoz Llanquín, de tercero básico, destaca: “Me gusta mucho. Hacemos tareas, música”. Por su parte, Yhamir Vargas Teiguel, de 12 años, de séptimo básico, admite: “Me parece muy bueno. Vengo una vez a la semana y hago ejercicio para las piernas. No estoy con muchos compañeros, pero trabajamos bien”.

Camila Calbuante Barría indica que la sala permite trabajar con pequeños grupos de dos a tres niños, proporcionando un entorno controlado y específico para cada estudiante.

Según lo captado por Carolina Chávez, “el impacto de esta sala en la familia y la escuela ha sido muy positivo, generando un ambiente motivador y efectivo para el aprendizaje. Los estudiantes llegan a la sala motivados, lo cual facilita el proceso de enseñanza y aprendizaje. Además, el uso de un espacio adaptado y equipado con tecnología avanzada ha permitido una mayor estimulación cognitiva y emocional.”

El programa de integración cuenta con un equipo de 16 profesionales, incluyendo psicopedagogos, educadores diferenciales, psicólogos, terapeutas ocupacionales y técnicos, que trabajan con estudiantes desde prekínder hasta octavo básico. 

De esta manera, la Escuela Padre Alberto Hurtado constituye un ejemplo de cómo la educación inclusiva puede transformar la experiencia de aprendizaje y el desarrollo personal de los estudiantes, proporcionando herramientas y entornos adaptados a sus necesidades específicas. Este enfoque no sólo mejora el rendimiento académico, sino que también promueve el bienestar emocional y social de los estudiantes, preparándolos mejor para el futuro.