“Por abandono de personas”, pilotos y familiares estudian demanda contra la organización del 49º Gran Premio

Un grupo de pilotos argentinos -y unos pocos chilenos- del recién finalizado 49º Gran Premio de la Hermandad Chilena Argentina en Tierra del Fuego, sus familiares y equipos humanos, están estudiando iniciar acciones legales en ese país, contra la organización del mayor evento de automovilismo del cono sur sudamericano, “por abandono de personas”, considerando lo que sucedió desde la mañana, tarde y noche del pasado sábado y parte de la madrugada del domingo siguiente, en el sector argentino Altos de Flamenco.

En ese lapso, que se acercó a 11 horas continuas, cien de los 126 autos que largaron en Porvenir en dirección a Río Grande, al competir en la 49ª versión de este año, quedaron profundamente empantanados en el señalado lugar, que no fue descartado por la parte organizativa argentina, competencia del Automóvil Club de Río Grande (ACRG), que preside Osvaldo Nieto. Por el contrario, los afectados reconocieron un criterio más acertado de los organizadores chilenos de la Asociación Deportiva Local Fueguina de Automovilismo (Adelfa), que preside Iván Cárdenas, que debido a lo intransitable de la ruta por el cordón Baquedano, decidieron descartarla.

Criticado, luego alabado

Una lluvia de críticas recibió de parte de pilotos y la comunidad de Porvenir la dirigencia de Adelfa, debido a que el paso por Baquedano estaba en los planes, hoja de ruta y disposición de los auxilios de cada piloto (y también público que prefiere el paso por las serranías), los que debieron desplazarse a otros puntos del nuevo escenario a última hora. Se comentaba en Porvenir que si se dejaba el paso del cordón, la contraparte argentina debía hacer lo mismo con Flamenco, donde sólo durante el reconocimiento de ruta, una semana antes, dejó a decenas de máquinas y sus tripulaciones atrapados en el barro por 8 horas.

Pero el fin de semana pasado, cuando se largaba la carrera, la lluvia y el hielo aumentaron, dejando peor el suelo de los dos más complicados tramos. Pero la organización del lado argentino no cedió y mantuvo el paso por el difícil lugar, estimando que se secaría y en la mañana, el hielo compactaría el barro. No fue así: sólo después del tránsito de las primeras máquinas, a eso de las 11 horas, el piso “arado” y el fuerte deshielo lo transformó en una trampa impasable y ese centenar de autos sólo avanzó unos metros y algunos, ¡nada!. Aún más, los “jeep” que acudieron en auxilio de los corredores y algunas camionetas, también terminaron sucumbiendo al lodo, e incluso desplazarse a pie parecía imposible para las personas, un desastre absoluto que hizo de la 49ª versión “la peor del Gran Premio”, justo a los 50 años de su creación.

Grave delito de
“abandono de personas”

“Según la ley en Argentina, el ‘abandono de personas’ es un delito cuando alguien, teniendo la obligación de cuidar o asistir a otra persona, la deja en una situación de riesgo que podría perjudicar su salud o seguridad. En este caso, si se demuestra que la organización sabía desde temprano que había 58 autos varados con las tripulaciones mojadas y llenas de barro, y aún así no actuó para brindarles asistencia hasta mucho más tarde, esto podría interpretarse como un incumplimiento de su deber de cuidado”, señalan medios de comunicación de Río Grande, al informar la posible acción judicial.

Agregan que además, “si las condiciones eran tan extremas que podían poner en peligro la vida o la salud de los competidores, la falta de acción oportuna por parte de la organización podría tener consecuencias legales graves. Por lo tanto, los afectados podrían presentar una denuncia para que se investigue si hubo un abandono de personas por parte de la organización, lo que podría derivar en sanciones penales si se confirma la negligencia”. En la fiesta de premiación, la noche del domingo en Porvenir, el directivo del ACRG, Osvaldo Nieto, en medio de pifias y voces en contra (también de aplausos), ofreció disculpas a los afectados y dijo que nunca tuvo intención de dañar a personas ni a la carrera misma, sino que estimaron que la cosa no sería tan grave y a pesar de ello, ayer hubo insistentes pedidos de renuncia de su directiva.

La obcecación terminó cuando el domingo debía largarse la segunda etapa. Si en Porvenir la largada fue sólo virtual (como parte de la ceremonia protocolar) y los autos se reagruparon en Crucero (cruce del cordón Baquedano con la Ruta a Onaisín), donde se dio la salida oficial el sábado, el domingo la segunda etapa el ACRG la situó en el área del cruce O’Connor, aunque sólo con las 60 máquinas que, gracias a los pocos “reenganchados” -aparte de los que completaron el circuito- pudieron seguir en esta prueba “de fuego” …en la Tierra del Fuego.