Ampliación del terminal de Laredo

La reciente decisión que permite a Enap llevar adelante la ampliación de su terminal en bahía Laredo sin someter el proyecto a una evaluación ambiental ha generado una serie de reflexiones sobre el equilibrio entre desarrollo económico y protección del medio ambiente. Esta resolución, que facilita el inicio de las obras en 2026, se enmarca en la ambiciosa estrategia de convertir a Magallanes en un hub para la producción de hidrógeno verde (H2V), una de las tecnologías energéticas más prometedoras y limpias del futuro.

No obstante, esta noticia puede despertar resquemores entre quienes piensan que no es una buena señal la ausencia de una evaluación ambiental al entender que ésta no es un mero trámite burocrático, sino una herramienta crucial para asegurar que los proyectos industriales se desarrollen de manera sostenible, mitigando los impactos negativos en el entorno natural y garantizando que las comunidades locales no se vean afectadas. 

Pero, se debe considerar que el referido anuncio se realizó luego de que se cumpliera con una consulta de pertinencia al Servicio de Evaluación Ambiental.

La urgencia por avanzar en proyectos relacionados con el H2V es comprensible, dado el potencial de esta tecnología para transformar la matriz energética y económica de la región y porque está en consonancia con la Estrategia Nacional ad hoc que busca colocar a Chile y a Magallanes, en particular, a la vanguardia de la transición energética global, generando empleo, atrayendo inversiones y contribuyendo a la lucha contra el cambio climático. 

Es vital que se mantenga un seguimiento cercano de cómo se desarrollará este proyecto, asegurando que se respeten los estándares de sostenibilidad y que se implementen medidas de mitigación adecuadas para proteger el entorno de bahía Laredo. Asimismo, es imperativo que Enap y las autoridades regionales sean transparentes y estén dispuestas a dialogar con todas las partes interesadas, promoviendo un desarrollo que sea inclusivo y respetuoso con el medio ambiente.

La decisión de no exigir una evaluación ambiental para la ampliación del terminal en bahía Laredo sienta un precedente que puede tener implicaciones en futuros proyectos en la región. Magallanes se enfrenta a un desafío: demostrar que es posible liderar la revolución del hidrógeno verde sin comprometer la integridad ambiental que la caracteriza. El desarrollo sostenible no es una opción, sino una necesidad, y todos los actores involucrados deben estar a la altura de esta responsabilidad.