Necrológicas

– Viviana Flores Méndez

– Luis Enrique Alvarez Valdés

La XI Scar o la Babel de Antártica: multitudinaria y con mujeres de ciencia e investigación muy presentes

Domingo 1 de Septiembre del 2024

Compartir esta noticia
97
Visitas

Filas de investigadores esperando su ingreso al hotel Enjoy de Pucón. Es el domingo 18 de agosto y está por comenzar el evento que durará hasta el viernes 23. La acreditación es un grueso tarjetón de cartón. Además y de regalo, cada participante recibió una chapita, un bolso y una botella para el agua. 

Lo extraño es que además del inglés, en los titulares de bienvenida esté ausente el castellano. Imaginar el mapudungun parece utópico. El tema de la ciudad-sede estuvo en el debate previo y también y posiblemente en el posterior. Pero, científicos conocedores de los protocolos Scar indican que no se postulan proyectos o deseos. Se tiene o no la disponibilidad de salas simultáneas y el número de alojamientos requeridos. Punta Arenas será para la otra, a pesar de todas sus pertinencias.

Aquí coincide el hotel y cruzando la plaza el campus Pucón de la Ufro que aportó salones de reunión y conferencias. Todo aconteció de manera simultánea, nadie en este evento pudo participar presencialmente en todo el extenso programa. La remembranza del hielo es el visible volcán Villarrica. Una actividad recomendable y extraprogramática asociado a la sede de la Ufro es un muy didáctico museo vulcanológico. 

Preside esta cita Scar el paleontólogo chileno Marcelo Leppe. También será el estreno del tercer científico que encabezará el Inach, el glaciólogo Gino Cassasa. Cuatro autoridades gubernamentales nacionales se darán cita en los tres primeros días: el ministro de RR.EE. y la subsecretaria, además de la ministra de Medio Ambiente y la subsecretaria de Ciencias.

Es imposible hacer una crónica de todo y por eso hemos escogido dos temas. 

La pregunta esencial: ¿Cuál es el avance del deterioro climático del planeta? Y otro emergente: la reacción de las mujeres científicas de Chile a la denuncia y proceso judicial originado en la violación de una científica el 2019. Entonces, esto se trata de la salud del planeta y la salud de las mujeres en la Antártica.

¿Cómo se aprecia la salud del planeta desde la ciencia Antártica? 

En general, hay un amplio arco de percepciones. A estas alturas, nadie elude el problema, está ahí y compromete transversalmente todas las investigaciones porque la Antártica y el Polo Norte son memorias y a la vez laboratorios con múltiples huellas e indicios de lo que aconteció hace millones de años y también, y, por lo tanto, de lo que pudiera proyectarse.  

Mathieu Casado es francés y trabaja en la Universidad de París-Saclay, IPSL, Gif-sur-Yvette. Él se define como un investigador en paleoclima y meteorología. “Soy optimista, tengo esperanza que se entienda la crisis, pero los políticos y los que tienen la toma de decisiones esperan una muestra temprana de detección del riesgo de lo que está ocurriendo. Pero, los científicos ya están al tanto de las muestras de esos riesgos. Pareciera que ellos esperan, como en una película de Hollywood, actuar justo antes de la catástrofe. Sin embargo, los científicos sabemos que estamos en el límite de que esa catástrofe se genere, pero aun así todavía tenemos la capacidad de actuar al respecto”.

Proviene de España y es doctor de la Universidad Complutense de Madrid, es un botánico experto en líquenes y además escribe para hacer divulgación científica, su nombre es Leopoldo García Sancho. Le preguntamos: ¿Qué está por venir? 

“Aquí estamos con datos para sugerir escenarios, cuanto mejores sean los datos, más creíbles serán los escenarios de futuro que podemos proponer. Lo primero que hay que saber es que los dos polos de nuestro planeta son totalmente distintos en su respuesta al calentamiento global, el Ártico se ha calentado en los últimos 50 años, 4 grados que es una barbaridad. La Antártica globalmente se ha calentado 0,4. O sea, es un orden de magnitud mayor la velocidad de calentamiento del Ártico que la de Antártica, y eso significa un cierto punto de esperanza, porque lo que realmente es crucial para el futuro del planeta es lo que pase con la Antártica, porque acumula el 80% de agua dulce en forma de hielo”.

Angélica Casanova es una ecofisióloga chilena, doctora en Recursos Naturales de la Universidad Justus Liebig de Giessen de Alemania. En la actualidad trabaja en la Pontificia U.C. de Temuco. “En Chile empezamos a hablar de cambio climático el 2002, el primer proyecto Fondecyt que se financió en cambio climático fue el nuestro, con un colega de botánica el año 2006. En Europa llevaban 20 años estudiando el tema, me quedé frustrada, dije: no voy a tener nunca hijos porque se viene esto. Luego me fui a Alemania y después de hacer el doctorado cambié de opinión, vi tan pocos niños que la sociedad se estaba envejeciendo y concluí que si no formábamos nuevas generaciones que pensaran distinto no íbamos a salvar el planeta. Luego nacieron mis tres hijos.  Soy optimista (…) Las generaciones jóvenes están mucho más abiertos y dispuestos a hacer cambios.”.

Elie Poulin es francés, pero trabaja en Chile desde hace años. Asiste a Scar junto a su pareja Léa, también científica y además con un hijo de 4 y una hija de un año, que han dejado en un jardin infantil. “Creo que estamos bastante mal y, peor que eso, creo que todavía no hemos tomado el camino para revertir o parar los problemas que se van acumulando. A pesar de tener cada vez más evidencia no se ve la reacción, no se logra ver cómo podríamos reaccionar para disminuir la emisión. ¿Qué hacemos frente a eso? Porque el fenómeno del calentamiento es algo que tiene una tremenda inercia, ya está en marcha y se habla de cientos o miles de años donde se podría revertir y así volver al nivel preindustrial, y eso es utópico en ese nivel”.

En el balance reposado y posterior de esta cita Scar, seguramente habrá nuevas radiografías sobre el progreso y evidencias del deterioro descrito, de momento y solo parcialmente tenemos las problematizaciones de un puñado de científicos. 

¿Puede una mujer científica tener seguridades esenciales en una expedición Antártica? 

El delito ocurrió en una campaña antártica en febrero de 2019 en la península de Byers, extremo oeste de isla Livingstone, islas Shetland del Sur. El biólogo Jorge Gallardo Cerda, hoy está imputado de violar a una científica francesa. Antes y durante cuatro años todo sería silencio y secreto. Recién en julio del 2023 la víctima estuvo en condiciones de hacer la denuncia en Inach, institución que aplicando un protocolo ya existente hizo la denuncia ante el juzgado de Cabo de Hornos. El 3 de agosto último fue detenido el victimario y todo fue público. Mientras, lo que se conoce de la víctima es que ha vivido una depresión y visto truncado su trabajo científico. 

Al inicio de la XI Scar la comunidad científica chilena de Antártica llega golpeada y se debate entre silencios, wasaps y tomas de postura.  Al tercer día, se produce el foro “Mujeres en el conocimiento polar, desafíos y oportunidades”. En la ocasión, las dos autoridades presentes subrayan la existencia y vigencia de una política de género del Estado de Chile. Al final del foro, se abren y debaten las implicancias del proceso judicial ya mencionado.

Finalizada la cita antártica, el 26 de agosto un grupo autodenominado “Mujeres investigadoras, Scar 2024” científicas e investigadoras se reúnen y acuerdan una declaración titulada: Deuda antártica con mujeres (ver nota en página 8). “…Nos hemos reunido para expresar nuestra experiencia y preocupación por la reciente formalización por delito de violación ocurrido en la Antártica, presuntamente en el año 2019 en el marco de la Expedición Científica Antártica (Eca) N° 55, lo que marca un triste hito en la historia antártica del país (…) A pesar de la gravedad de estos hechos, los denunciados y sus presuntos encubridores continúan teniendo acceso a la Antártica, lo que genera una preocupante falta de respuesta y acción por parte de las autoridades competentes. Sabemos que el Instituto Antártico Chileno (Inach) ha iniciado un proceso de revisión de los reportes de terreno, por lo cual estamos atentas y alertas a los resultados que se generen y que pueden aportar a descubrir previas denuncias y reclamos no resueltos (…) Llamamos a las autoridades a fortalecer y mejorar los protocolos existentes para prevenir este tipo de acciones contra mujeres y disidencias sexuales que vulneren la integridad de todas las personas que se desempeñen en el continente antártico”.

Y esa marea pareciera ir más allá de la cumbre Scar. En los días siguientes, comenzaría a constituirse un colectivo con casi medio centenar de mujeres participantes.

Así lo percibe Angélica Casanova, una mujer antártica con más de 15 expediciones desde 1995 a la fecha :  “En nuestro país, la ciencia ha sido machista desde sus orígenes, y hoy en día a pesar de los esfuerzos que se hacen, por equiparar las desigualdades, no significan aun grandes cambios. El acoso sexual, el maltrato laboral, la misoginia la vivimos las mujeres científicas en las bases y en muchos espacios laborales allá […] En la Antártica no hay policías para avisar de infracciones o de delitos, de manera que todas estas cuestiones quedan impunes o como se dice “lo que pasa en la Antártica, queda en la Antártica.

“Lamentablemente situaciones tan básicas como denunciar un abuso no se acostumbra, no se hace por miedo a represalias de los propios tutores, de los jefes de base o colegas. Dado que de un proyecto dependen muchas cosas, como la tesis, la continuidad de una beca de doctorado, etc. Además, en términos laborales, las investigadoras están en un terreno de nadie en la Antártica, dado que de alguna manera y, a pesar de los actuales protocolos de denuncias de acoso y maltrato, en la práctica las investigadoras se sienten desprotegidas y muy vulnerables. Cabe señalar que las plataformas antárticas son operadas por civiles o por las FF.AA., y eso genera espacios muy distintos de convivencia, en que las condiciones de vulnerabilidad pueden aumentar dado que todas tienen diferentes legalidades”.

Francisco Santa Cruz es un biólogo marino y magíster en ciencias de la Udec, Además es el delegado de Chile en el Comité Científico de la CRVMA. Él representa al departamento científico en la mesa de género del Inach conformada  el año 2021. “Es difícil separar las cosas, la componente científica, la creación de nuevos conocimientos, pero nada de eso es valioso si no tiene la componente humana. Porque debe importar que ese nuevo conocimiento se esté generando en condiciones equitativas, con seguridad para todas las personas que participan. Con respeto entre las personas. Porque no puedo concebir que una persona sea un científico destacado y a la vez cometa delitos de violación a los derechos humanos”.

Claudia Maturana es Doctora en Ciencias Biológicas de la Universidad de Chile asiste al Scar con su pareja el científico Sebastián Rosenfeld y su hija de casi 8 meses llamada Violeta.

“Tuve una visión sesgada del Scar porque no pude asistir a las charlas plenarias porque nuestra hija Violeta y el congreso se hicieron incompatibles. Al menos en nuestro caso, faltó una guardería. Ese proceso judicial fue conocido sólo semanas antes de esta reunión, lo que nos permitió conversar a todas las investigadoras que teníamos interés sobre ese grave hecho. Además, que en Pucón también pudimos reunirnos con el nuevo director de Inach, el glaciólogo Gino Cassasa. No es fácil organizarse, pero creo que estamos dando pasos importantes”. 

Es viernes 23. La última conferencia plenaria se titula: “El ajuste de cuentas: cómo#MeTooAntarctica está cambiando el trabajo de campo”.  La expositora es la profesora australiana Meredith Nash. Al finalizar, la gran sala con medio millar de asistentes la aplaudirá de pie. 

Finalizada la XI Scar, después vendría la Junta de delegados en Punta Arenas y Chile habrá visto esta cumbre como una estrella fugaz. 

Lo cierto, es que una mujer científica directora de Inach y un rompehielos que en su nombre reivindique la trayectoria de una investigadora todavía parecen realidades lejanas. 

Pin It on Pinterest

Pin It on Pinterest