Nuevos corrales
Los caballos sueltos que deambulan cotidianamente por las calles y avenidas principales de Punta Arenas se han convertido en un problema insoluble.
En días pasados, se generó polémica y hubo fuegos cruzados entre la dirección regional del Sag y la Municipalidad de Punta Arenas respecto de qué entidad es la, en primera instancia, la responsable de hacerse cargo de esta situación problemática.
Quizás como respuesta a ello o por mera casualidad, el ente municipal anunció este lunes el inicio de obras en el Parque María Behety para levantar nuevos corrales, los que deberían estar construidos hacia fin de año.
Esta medida es una respuesta a una realidad que afecta no sólo al centro de la capital regional, sino a varios sectores de la ciudad: más de 300 caballos deambulan sin control, generando riesgos tanto para los transeúntes y conductores como para el propio bienestar de los animales. Sorprende que, de esta considerable cantidad de equinos, sólo 7 estén debidamente marcados, lo que dificulta la identificación de sus dueños y la responsabilidad que deberían asumir.
La construcción de estos corrales es una acción necesaria, pero a la vez revela la necesidad de abordar de manera más integral el problema de los animales sueltos en la ciudad. No se trata únicamente de mantener a los caballos en espacios adecuados, sino también de reforzar la normativa sobre la tenencia responsable de animales y aplicar sanciones efectivas a quienes incumplan las reglas. El impacto de estos caballos sueltos en áreas urbanas no puede ser subestimado: desde los daños a la infraestructura pública y privada, hasta los accidentes de tránsito que podrían generar.
Es imperativo que esta iniciativa de los corrales sea sólo un primer paso hacia una estrategia más amplia que incluya la educación ciudadana sobre la responsabilidad que conlleva tener animales, un registro obligatorio y efectivo, y, en última instancia, un marco regulatorio más robusto que evite que situaciones como esta sigan ocurriendo.