Entre dichos y palabras
Según el diccionario la frase es un conjunto de palabras con un sentido determinado. Claro, pero hay frases comunes, otras originales, frases brillantes y frases célebres. Por ejemplo, la frase “¡Aquí se fregaron!”, dicha por Carlos Condell luego de hacer encallar al buque insignia peruano “Independencia” durante la Guerra del Pacífico, carece del glamour suficiente como para pasar a la historia. Pero fue real.
Otra frase célebre es la que dice “Y sin embargo se mueve”, que habría pronunciado Galileo para demostrarse a sí mismo que la Tierra era la que giraba alrededor del Sol y no al revés.
A su vez existen palabras cuyo origen no deja de ser curioso. Verbi gracia:
Testimonio
Algunas crónicas de la antigüedad registran que tanto los pueblos griegos como romanos tenían por costumbre jurar llevando una de sus manos a sus gónadas. Ellos estaban convencidos que si llegaban a jurar en falso, los dioses los iban a castigar enviándoles impotencia y esterilidad. Esa costumbre habría dado origen a varias palabras, cuya etimología sería la locución “testis”, testigo. Estas voces nacidas de “testis” son testimonio, testificar y testículos. Si se revisan algunos diccionarios se va a descubrir que la palabra testigo figura como sinónimo de testículo.
Una palabra muy empleada en nuestro idioma es JAMAS.
Pocos saben que en siglos pasados, esta palabra tuvo otro significado. El adverbio de tiempo jamás, en épocas remotas se empleaba como sinónimo de…siempre. Por lo tanto, si un enamorado le decía a su amada “jamás te amaré”, le estaba haciendo saber claramente, y más allá de toda duda, que la iba a amar por toda la vida.
El vocablo jamás se forma a partir de las voces latinas “iam magis”, que quiere decir “ya más”.
Medio pelo
Frecuentemente esta expresión se usa en tono peyorativo. La emplean personas que se sienten superiores para referirse a quienes califican de socialmente inferiores a ellos. ¡Son de medio pelo…! lo repiten con desdén, casi sólo mascullando las palabras.
Oreste Plath, a quien conocí bastante fue un acucioso investigador de las tradiciones autóctonas. En cierta oportunidad y en un céntrico café de Santiago donde solíamos juntarnos, me narró del origen de esta expresión.
Ocurre que a principios del siglo 19, cuando aparecía muy difundido el uso del sombrero en los caballeros, las tiendas del rubro ofrecían a sus clientes…sombreros de castor de pelo centro y de medio pelo. Los sombreros de pelo centro eran los que compraban quienes tenían mayores recursos, ya que por ser más finos alcanzaban un precio más elevado. En cambio, los sombreros de medio pelo eran adquiridos por gente modesta, en atención a que su valor resultaba sustancialmente menor. Esta diferencia fue la que originó la frase ser de medio pelo.
En una próxima ocasión me referiré al curioso origen de ciertas palabras o decires. Por ejemplo, que las Islas Canarias deben su nombre a los perros…o que los bidets originales eran caballos de escasa estatura.