La historia del fallido Centro Hortofrutícola que ahora intenta reflotar Flies

En octubre de 2012 el programa de campaña del arquitecto Emilio Boccazzi Campos para llegar a la alcaldía de Punta Arenas, postulaba entre otras ideas, la materialización del postergado centro comercializador de productos hortofrutícolas.

Boccazzi, quien se convirtió en alcalde, detalló en una entrevista de hace una década, al hablar de los proyectos de infraestructura a ejecutar en 2015, que en ese entonces figuraba el mercado hortofrutícola, que “ha sido un impulso dado por este alcalde y que se le ha ofertado a los productores de Punta Arenas por casi dos décadas. Ahora, estamos ad portas de que sea una realidad”.

Fue el 8 de junio de 2014, en sesión del Consejo Regional de Magallanes, que se aprobó la construcción del Centro de Comercialización Hortofrutícola de Punta Arenas con un presupuesto de $658.920.000, cuyo diseño correspondía ser ejecutado por la municipalidad.

La iniciativa, presentada por la administración municipal de Boccazzi, procuraba beneficiar a pequeños y medianos productores, representando un potencial de desarrollo a nivel regional y turístico.

La aprobación del proyecto se produjo gracias a la adquisición de una propiedad de 1.544 metros cuadrados, ubicada en 21 de Mayo esquina Boliviana. El diseño considera aproximadamente 65 puestos de venta y su objetivo es rescatar y conservar el carácter histórico de la edificación.

El proyecto pretendía incorporar también a quienes comercializan productos típicos de la zona como mermeladas, castradinas y chocolates, para garantizar que estos locales funcionen también en temporada invernal.

La información publicada por La Prensa Austral en su edición del 7 de enero de 2015, señalaba que “se espera que dentro de los próximos 10 meses, el Consejo Regional y el municipio puedan comenzar con las obras de construcción, después de tener completamente definido el diseño de la edificación”.

A fojas cero

Dos años después, en mayo de 2017, bajo la administración de Claudio Radonich, este diario informó que el proyecto de construcción del Centro Hortofrutícola, sería reemplazado por una iniciativa de carácter gastronómica.

Boccazzi, en su condición de columnista de este diario, ha abordado en al menos tres oportunidades el fallido proyecto de mercado de abastos, recordando en una de sus columnas titulada “Una deuda aún pendiente”, que “entre los años 2014 y 2015 el gobierno regional de Magallanes, a instancias o requerimiento de la Municipalidad de Punta Arenas, en la administración que me tocó liderar, presentó la oportunidad de adquirir el antiguo y vistoso edificio de ladrillos, que durante muchos años había sido la sede de la distribuidora Adelco, en la esquina de calles Boliviana, 21 de Mayo y Costanera del Estrecho. Ubicación privilegiada, a metros del muelle Arturo Prat, a sólo cuatro cuadras de la Plaza Muñoz Gamero y colindante con el Mercado Municipal y con el Centro Artesanal Municipal”.

Agregó que para ello, “elaboramos un proyecto desde el ámbito municipal que incluía la compra del inmueble y el diseño de arquitectura y especialidades (que desarrolló vía licitación pública el destacado arquitecto local Néstor Vásquez Bahamonde). Se superaron y cumplieron con todas las exigencias y procedimientos que el mismo Estado se impone e impone. El objetivo era construir en Punta Arenas, un Centro Comercializador Hortofrutícola, que diese albergue y casa propia en la necesaria visibilización a los horticultores y horticultoras magallánicas, un lugar permanente de exhibición y venta de los cotizados productos de las mujeres y hombres que con sus manos laboriosas obtienen los productos hortícolas”.

En otro de sus párrafos, planteó que “no utilizar un edificio por el que se pagó en su momento un poco más de 600 millones de pesos, de recursos regionales, que sólo ha servido para que el gobierno regional tenga hoy día, un excelente estacionamiento techado, es un despropósito tan grande que sólo afecta a las manos trabajadoras que buscan sacar producto sano y local de nuestra generosa tierra. Ocho años ya, es mucho tiempo. Un desperdicio y una ineficiencia inexcusable”.

El proyecto ha sido reflotado por el gobernador Jorge Flies, quien consiguió que en la última sesión del Consejo Regional, se aprobaran 261 millones de pesos para la ejecución del diseño de la obra.