Necrológicas

– Laura de Lourdes Pacheco Haro

– Benjamín Cortés

– Frecia Araya Cifuentes

– Vylma Toro Reyes

Sacudiéndose la nieve…

Por Alfredo Soto Martes 8 de Octubre del 2024

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Como productor del programa de Tv “AlbaTerra: La Antártica profunda”, y sin saber siquiera de principios ni técnicas televisivas, sólo la voluntad de querer hacer las cosas bien y por mi condición de educador, en que cualquier profesor o profesora, ante los desafíos siempre tenemos las herramientas pedagógicas para salir airoso, en la planificación de uno de sus capítulos, me encontré de frente con un artículo del periodista Roque Tomas Scarpa, en la que resaltaba la figura de Gabriela Mistral y un esbozo de lo que ella pensaba y reflexionaba acerca de esta tierra mágica, para la poetisa y Nobel mujer. Y en la lectura y después de indagar algunos escritos, me encontré con algunos comentarios que ella misma dice acerca de esta “tierra de los arcángeles” como así menciona a este continente de luz.

Con el deseo de sustentar en el tiempo esta lectura, me causó mucha sorpresa uniendo cabos, al comprender que Gabriela Mistral, cumplía un mandato de su amigo, en la condición de ministro de Educación, me refiero a don Pedro Aguirre Cerda, quien posteriormente y como Presidente de la República, pasa a ser un protagonista importante en establecer en su gobierno los deslindes de nuestro territorio antártico chileno. En esa oportunidad, el ministro, le indicaba a Gabriela Mistral, que tendría que reordenar un establecimiento educacional, identificado como el Liceo de Niñas Sara Braun y paralelo a eso “chilenizar” nuestra región, debido a que la comunidad austral reflejaba en sus habitantes un crisol de razas, como así lo manifiesta en su columna nuestro recordado Roque Tomás Scarpa.

En esa oportunidad y me hace ruido que en esos tiempos se hable de “chilenizar” y hoy día mis esfuerzos como educador desde la principal casa de estudios superiores, es el concepto de “Antartizar”, o sea no estaba equivocado en invocar dicha palabra, nacida en los albores del proyecto Gaia Antártica, justamente desde la voz del actual director de Inach, Dr. Gino Casassa, quien tampoco estaba errado en usar palabra que aún no se oficializa como tal, hasta que incansablemente sea costumbre en nuestra ciudad Antártica y quienes se dejen llevar por indagar de esta cultura polar. Existen en algunos otros ámbitos, el ímpetu de querer sellar el concepto con otros términos, un poco más difícil incluso de pronunciar. En fin, en su afán de desarrollar sus mejores herramientas pedagógicas, Gabriela, poco reconocida en ese momento, sin percibir lo valioso que eran sus pensamientos y reflexiones al respecto, mientras agudizaba sus sentidos en una tierra en donde venía a enseñar de esta loca e irregular geografía, sentía cierto rubor el estar explicando de la rudeza de los entornos australes si…. “cada vez que abría la puerta de la escuela, liceo o salón de instrucción, veía que mujeres y niños ingresaban sacudiéndose la nieve al umbral y entraban en la sala con el hálito hecho vaho dando a conocer el rostro rojo y duro que hace el frío una piel parecida al pellejo del pececillo rojo. Gabriela, se disponía a hablarles de su propia vida, de las contingencias que se trae al vivir entre los elementos hostiles de hielo y puelche y de la obligación de velar la unidad “contra el viento y marea” a pesar del mar enfurruñado y el desparramo loco de sus Islas”.

Así y todo en algunas de sus clases ve cómo personas de extrañas conductas corporales, como dueños del mundo austral, se le acercan después de la instrucción y se presentan como hombres rudos que venían de cruzar toda la isla Tierra del Fuego, escapando de la justicia argentina, así también se reúnen en conjunto con hombres acostumbrados a enfrentar las auroras australes tras la cacería, la exploración de lugares recónditos y secretos….”ellos, contarían de las islas de la danza impávida (iceberg) en torno al remate del mundo y después de ellas “las mayores” a la que no se daba fin. Eran estas la tierra de María Graham y el llamado “casquete del mundo”. Y todo lo daban revuelto con las aventuras de percances polares, en seguimiento del “Lobo de dos pelos” y de bestias que casi veo, pero que no sé mentar después de los treinta y tantos años…..(Antártica).

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