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Que implica cuidar a la tercera edad

Por Ramón Lobos Vásquez Miércoles 9 de Octubre del 2024

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Leía hace algunos días un aforismo respecto al cuidado de los otros. Por lo ilustrativo lo repito para el conocimiento y reflexión de todos. “Sólo hay cuatro tipos de persona en el mundo: las que han sido cuidadores, las que son cuidadores, las que serán cuidadores y las que necesitarán cuidadores”.

Nada más cierto y ejemplificador respecto a las necesidades de cuidado. Independiente de nuestra edad podemos estar en alguna de esas categorías. Si somos jóvenes probablemente tendremos que velar por nuestros mayores o por otros integrantes del núcleo familiar que nos requieran o podemos no llegar a tener esta responsabilidad porque ya no están. Pero también en algún momento de nuestras vidas avanzadas o por condicionantes de salud, o sociales podemos llegar a ser objeto de estos cuidados. 

Nadie puede decir que no estará relacionado a los cuidados de otro ser humano, ya sea como agente activo en brindarlo o recibirlo. Eso tarde o temprano nos va a ocurrir a todos. Es algo normal a la vivencia en comunidad y socialmente. Por lo cual es importante y muy necesario incorporar los cuidados a las necesidades humanas básicas. 

¿Cuál es su importancia? La importancia de cuidar a las personas mayores radica en garantizar su bienestar y calidad de vida, proporcionándoles apoyo emocional, social y físico. Además, contribuye a mantener su autonomía e independencia, prevenir accidentes y riesgos, y promover un envejecimiento activo y saludable.  Es parte de los cuidados básicos en lo que hoy definimos como envejecimiento saludable. 

En la medida que un mayor va envejeciendo va requiriendo de cuidados que empiezan con la supervisión, acompañamiento y pueden llegar a reemplazar las funciones que antes realizaba esa persona, cumpliendo hasta las actividades básicas de la vida diaria. En los casos más extremos está el ir acompañándolos a la distancia en sus desempeños diarios, en que a través de la supervisión vamos evaluando o apoyándoles para que cumplan sus rutinas y acciones diarias; hasta ocuparse totalmente de sus necesidades diarias y cubrir sus requerimientos, tal como lo necesitan los que llamamos  postrados con alta dependencia.  

Entre ambas situaciones hay un continuo de etapas que se van estructurando y desarrollando. Donde quien cuida debe ir cumpliendo la tarea, pero también ir preparando las futuras o próximas necesidades.  Por eso, es necesario que los cuidados sean afrontados como una necesidad humana que debe proveerse por el entorno familiar o el entorno social de cada requirente.  

En ese sentido la peculiaridad de cuidar a un mayor es que debe centrarse en la satisfacción de las necesidades y requisitos especiales que son exclusivos de la tercera edad. Cuidarles significa dedicación, esmero, entrega de tiempo y de afecto hacia la persona cuidada. El desarrollo de esta labor permite el descubrimiento de habilidades que de otro modo habrían pasado inadvertidas para los cuidadores, pero también conlleva un esfuerzo que en muchos casos implica cambios y renuncias en la forma de vida de la persona cuidadora. Por eso el aforismo que dice que “hay que cuidar a los cuidadores” , ya que es una tarea esencial la que cumplen, que al desarrollarla por algún familiar revela y releva su importancia. 

No es fácil ni será más fácil con el tiempo. Por ello debe cuidarse a quienes están desarrollando esta tarea. Valorando de manera social la tarea que desarrollan, pero no sólo desde el punto de vista monetario o económico, sino también darle importancia a la preparación y competencias que desarrollan. La mejor manera de valorarlas y darles la importancia que tienen es transferirle competencias y conocimientos en la tarea que desarrollan. Desarrollar habilidades.

También es importante que quienes se desarrollan en esta tarea no sientan que están solos en su día a día.  El Estado en sus distintos agentes sociales o de salud debe valorar y apoyar su trabajo. Y el esfuerzo que desarrollan. Es importante visibilizar su trabajo y fomentar la asociatividad de quienes desarrollan tales tareas para ir conociendo de primera fuente lo que necesitan para un mejor trabajo. Eso es muy distinto y diferente en cada territorio. Por lo cual deben abordarse localmente según estos requerimientos. Es central darle respiros o descanso en una labor cotidiana y permanente. Por eso el sistema social debe darle capacitación, coordinación y descansos de su trabajo. 

Hoy se busca trabajar más y mejor por nuestros mayores en las comunidades que habitamos y para eso es central reconocer qué se requiere y qué debe hacerse. Los requerimientos de cuidados son importantes y relevantes. Ponerlos en el centro es reconocer lo que muchos hacen o han hecho. Por ahora sin apoyo y sin sustento.

Para tener un envejecimiento saludable no basta con estar sano y mantenerse sano sino que también es ir desarrollando una red social que los apoye y acompañe en todo este tiempo. Ojalá todos tengan esa red estructurada desde el entorno familiar, idealmente, que cubra las necesidades presentes y futuras de todos los mayores. Hay mucho por hacer. No sólo reconocer o identificar este trabajo. Hay mucho por trabajar en todos los aspectos desde el hacer diario hasta la preparación de quienes cumplirán esta tarea. Es una más de las tantas urgencias a trabajar con los mayores.

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