El último adiós a la maestra Zaida Szigethi
Este lunes 14 de octubre, se le tributó el último adiós a la profesora normalista Zaida Szigethi Campos (82), quien dejó una huella indeleble en la educación y el movimiento docente de Magallanes.
Nacida en Punta Arenas, estudió en la Escuela Normal Domingo Faustino Sarmiento en Santiago, y después de completar su formación, regresó a su tierra natal para dedicarse con pasión y entrega a la enseñanza en la Escuela 8, hoy conocida como Escuela España, y en la Escuela Juan Williams, donde forjó una gran parte de su legado.
Más de un centenar de personas, entre familiares, amistades, sus colegas, exalumnos y autoridades le brindaron una sentida despedida, pero sobre todo, le rindieron un sentido homenaje. En una ceremonia multitudinaria realizada en la iglesia Cristo Amigo, en la Avenida España, entre las intervenciones que recordaron a la destacada docente, sobresalió la del profesor normalista Julio Pedrol, quien compartió una amistad de más de 40 años con Zaida Szigethi, compartiendo labores en la Escuela Juan Williams.
Conmovido, Pedrol describió a su colega como “una amiga eterna, solidaria, una compañera comprometida con la sociedad y la educación”. Resaltó su dedicación como maestra, destacando que, a lo largo de su vida, “ella insufló valores verdaderos a sus alumnos, con dignidad y compromiso social, en un tiempo donde la educación no respondía a los dictados de un sistema económico, sino a la humanidad, los sentimientos y la esperanza”.
Pedrol recordó con cariño cómo Zaida formó parte de un selecto grupo de maestros que moldearon a generaciones de estudiantes con valores auténticos y con una visión integral de la educación.
La profesora Szigethi también se destacó como una luchadora incansable por los derechos del Magisterio, particularmente en su rol como dirigenta gremial. Pedrol, quien también fue dirigente, compartió la misma pasión por la lucha docente y, junto a ella, abogó por las necesidades de sus colegas. “A pesar de estar jubilada, nunca dejó de interesarse por los problemas educativos y los derechos de los profesores”, recordó.
Una vida dedicada
a los demás
El legado de esta maestra no sólo quedó marcado a fuego en las aulas, sino también en su amor por la cultura y el folclore. Como miembro del conjunto Chagual absorbió la riqueza cultural que más tarde replicó en sus actividades con sus estudiantes y en el Conjunto Folclórico del Magisterio, el cual presidió con orgullo. Su amor por las tradiciones chilenas fue parte integral de su enseñanza, promoviendo entre sus alumnos el respeto y la valorización de la cultura popular.
En su rol de orientadora educativa en la Escuela Juan Williams, no sólo fue guía académica, sino también se preocupó profundamente por el bienestar integral de sus estudiantes, brindándoles apoyo emocional y ayudándolos a descubrir su vocación. Elsa Ruiz Alvarado, una profesora jubilada que también se sumó al homenaje, recordó emocionada “cómo Zaida se ocupaba con fuerza y energía en apoyar a las familias de sus amados niños, buscaba siempre la forma de brindarles soluciones, con generosidad y un espíritu solidario que tocaba a todos a su alrededor”.
Deuda histórica
Hasta sus últimos días, lideró la agrupación de profesores jubilados, y una de sus batallas más emblemáticas fue la lucha por la deuda histórica. Aunque no vivió para ver ese anhelado triunfo, su tenacidad y dedicación inspiraron a muchas generaciones de profesores que continúan con esa demanda.
En su discurso, el seremi de Educación, Valentín Aguilera Gómez, resaltó que la educadora fue una figura que “sembró su semilla tanto en las aulas como en las calles de Magallanes”. Recordó que su sonrisa, compromiso y voluntad trascendieron generaciones, y aseguró que su ejemplo seguirá acompañando a quienes tuvieron la fortuna de conocerla.