“La gente se siente partícipe y dueña de los centros de rehabilitación, lo cual es muy bueno porque cuidan y protegen esta organización”
- El director ejecutivo, Asterio Andrade, abordó el financiamiento de los centros, el aporte de Fonasa y de la comunidad, además del trabajo en innovación.
El Centro de Rehabilitación Club de Leones Cruz del Sur es un pilar fundamental para la atención de personas en situación de discapacidad en Magallanes. Con una dotación de 155 profesionales, la institución logra atender a 6 mil 467 usuarios anualmente, distribuidos entre sus tres sedes en Natales, Porvenir y Punta Arenas, además del programa de atención domiciliaria. Este modelo, que combina el apoyo estatal con el compromiso de la comunidad, permite que el centro ofrezca una atención integral de alta calidad a un volumen importante de personas, con un total de 329.591 atenciones al año.
Asterio Andrade Gallardo, director del Centro de Rehabilitación Cruz del Sur, destacó que durante los primeros diez años de funcionamiento, el Centro dependió exclusivamente de la comunidad magallánica y de las Jornadas por la Rehabilitación. Sin embargo, con el crecimiento de la demanda y la necesidad de expansión, comenzaron a buscar nuevas fuentes de financiamiento.
Hoy en día, aproximadamente el 75% de los costos operativos son cubiertos por el Estado, mientras que el 25% restante sigue siendo sostenido por la comunidad local. “El financiamiento estatal en este minuto es importante, pero también lo es la entrega de recursos que da la comunidad magallánica”, expresó Andrade.
El aporte del Estado entrega fondos auditados por el Decreto de Fuerza de Ley DFL36. Estos recursos financian un conjunto de prestaciones que incluyen atención médica, kinesiología, fonoaudiología, terapia ocupacional, psicología, entre otros servicios. El costo promedio mensual por paciente es de 125 mil pesos, una cifra considerablemente baja en comparación con lo que cobraría una clínica privada por servicios similares, que podría superar el millón de pesos.
La Jornada: un acto
de solidaridad
Uno de los momentos clave en el año es la Jornada de Rehabilitación, que moviliza a la comunidad de Magallanes para recaudar fondos esenciales para la operación del Centro. Cada fin de año, cuando el financiamiento estatal comienza a agotarse, lo recaudado en las Jornadas por la Rehabilitación cubre entre dos y tres meses de funcionamiento, y en caso de excedentes, estos fondos se utilizan para la mantención de infraestructura, la mejora tecnológica y la capacitación del personal.
Innovación tecnológica y alianzas estratégicas
Aunque el financiamiento estatal y comunitario cubre los costos operativos básicos, Andrade admitió que la adquisición de tecnología de punta, con costos que pueden superar los 100 millones de pesos, es un desafío. Para ello, el Centro ha establecido alianzas con universidades y centros de investigación, lo que les ha permitido avanzar en áreas como la robótica y la estimulación transcraniana. Estos convenios permiten que las universidades desarrollen proyectos de investigación en el Centro, y al finalizar, la institución se beneficia de la tecnología desarrollada.
Compromiso comunitario
Más allá de los aspectos financieros, Andrade destacó el profundo sentido de pertenencia que la comunidad magallánica siente hacia el Centro de Rehabilitación. Según él, la participación en la Jornada no sólo representa un apoyo económico, sino también un compromiso colectivo con el bienestar de las personas en situación de discapacidad. “La gente se siente partícipe y dueña de los centros de rehabilitación, lo cual es muy bueno porque cuidan y protegen esta organización”, afirmó.
Este modelo de colaboración entre el Estado y la comunidad ha permitido que el Centro de Rehabilitación Club de Leones Cruz del Sur no sólo ofrezca servicios esenciales de alta calidad, sino que también se mantenga a la vanguardia en innovación tecnológica y desarrollo profesional. La combinación de estos factores ha sido clave para que la institución continúe atendiendo a miles de personas en la región, generando un impacto profundo en la calidad de vida de quienes más lo necesitan.