Necrológicas
  • Lorenzo Barrientos Vito

Doce niños viven en el internado de la Escuela República Argentina

Sábado 19 de Octubre del 2024

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En Punta Arenas, la Escuela República Argentina no sólo destaca por su labor educativa, sino también por ser el único establecimiento en la ciudad que ofrece un internado para niños que, por diversas circunstancias, no pueden estar con sus familias durante la semana. Este servicio, con 36 años de funcionamiento ininterrumpido, ha posibilitado a muchas familias contar con un apoyo clave para garantizar la educación y el bienestar de sus hijos.

Marianela Valderrama Ayán, directora del colegio, explica que el internado nació en 1988, junto con la inauguración del establecimiento, y desde entonces ha brindado un espacio seguro y estructurado para los estudiantes, en su mayoría provenientes de localidades cercanas a Punta Arenas. “La mayoría de nuestros internos son niños chilenos, aunque también tenemos algunos estudiantes extranjeros”, subraya, quien destaca el valor del internado como una solución para aquellas familias que, por distintas razones, no pueden mantener a sus hijos en casa durante los días de actividad escolar.

El ingreso al internado está diseñado para atender a estudiantes que realmente requieren este apoyo. El departamento de Orientación de la escuela es el encargado de gestionar el proceso, que incluye la presentación de documentos, como el Registro Social de Hogares, y la evaluación de la situación familiar de los postulantes. “Nos aseguramos de que los niños que ingresan al internado efectivamente lo necesitan”, recalca Valderrama, añadiendo que el objetivo es garantizar que este espacio sea aprovechado por aquellos estudiantes que enfrentan dificultades para permanecer con sus familias durante la semana.

Uno de los mayores desafíos que enfrenta el internado es su financiamiento. A pesar de los esfuerzos de la dirección y el personal, los recursos son limitados y parte de los apoyos provienen de donaciones de organizaciones e instituciones. Valderrama apunta que, aunque el nuevo sostenedor del establecimiento ha colaborado en la compra de elementos básicos como frazadas y almohadas, aún hay muchas necesidades que cubrir, especialmente en cuanto a mobiliario y artículos de aseo. 

La falta de recursos ha impedido, en parte, que el internado opere a plena capacidad. Actualmente, acoge a 12 estudiantes, 7 varones y 5 niñas, pero podría recibir a más si se lograran cubrir necesidades básicas, como la adquisición de ropa de cama y otros elementos esenciales para habilitar más camas. “Tenemos más espacio, pero lamentablemente no contamos con los recursos necesarios para equiparlo adecuadamente”, acota la directora, haciendo un llamado a la comunidad para continuar apoyando este importante servicio.

Vida en el internado: estructura y apoyo integral

El día a día de los estudiantes internos está cuidadosamente planificado para brindarles una experiencia completa, que va más allá de lo académico. Las instalaciones del internado, anexas a la escuela, están organizadas en pabellones separados para niños y niñas, cada uno con sus respectivas duchas, áreas comunes, como comedor y sala de estar, y una red de apoyo habilitada gracias a la colaboración de la Universidad. de Magallanes.

“Nuestros estudiantes tienen una rutina bien estructurada, con horarios para levantarse, estudiar, realizar actividades recreativas y descansar”, describe Valderrama. Una vez finalizada la jornada escolar, los niños regresan al internado, donde se cambian de ropa, realizan sus tareas bajo la supervisión de los inspectores, y disfrutan de actividades recreativas que incluyen el uso del gimnasio y la sala de máquinas del establecimiento. Además, tienen acceso a bibliotecas móviles y otros recursos para apoyar su educación.

El equipo a cargo del internado está compuesto por tres funcionarios, dos inspectores de día y uno de noche, quienes llevan más de 30 años trabajando en el servicio. Su vasta experiencia y dedicación han permitido que los estudiantes se sientan acompañados y seguros durante su estancia. “Son personas que conocen muy bien el sistema y cómo tratar a nuestros niños y niñas. Su compromiso ha sido fundamental para el éxito del internado a lo largo de los años”, destaca la directora.

La mayoría de los estudiantes internos permanece en el establecimiento durante toda su enseñanza básica, lo que les permite disfrutar de una continuidad en su formación y en el acompañamiento que reciben. “Es común que los niños estén con nosotros uno o dos años, pero muchos permanecen hasta completar su educación básica”, complementa la educadora, quien valora la relación cercana que se establece entre el equipo del internado y los estudiantes, contribuyendo a su desarrollo personal y académico.

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