Necrológicas

– Rosa Ester Flores Maldonado

“Gladiador 2”: Circo romano y monos con navaja

Domingo 17 de Noviembre del 2024

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Por Guillermo Muñoz Mieres,
periodista

Estados Unidos, Gran Bretaña 2024

Director: Ridley Scott

Protagonistas: Paul Mescal, Connie Nielsen, Denzel Washington, Pedro Pascal

En cines de Punta Arenas y Natales

24 años después del estreno de “Gladiador” (2000), aquella película donde el actor australiano Russell Crowe interpreta a Máximo, un general romano caído en desgracia que tuerce su trágico destino en sangrientas peleas de circo popular y encuentra la oportunidad de vengarse, llega su secuela dirigida por el mismo realizador, Ridley Scott, un británico de casi 90 años que ya es nombre conocido en Hollywood con una filmografía irregular donde hay de todo, pero dos obras maestras indiscutibles que lo superan en el tiempo y el espacio: “Alien” (1979) y “Blade Runner” (1982).

“Gladiador 2” no elude este vínculo con su antecesora y lo deja claro en la secuencia inicial de los títulos donde entrega en versión cómic un resumen de la epopeya de Máximo, para presentar ahora a Hanno, líder guerrero que vive junto a su esposa en el reino de Numidia, cuando son avisados abruptamente de una invasión comandada por el general romano Acacio, interpretado por Pedro Pascal, y entonces se visten para la guerra y el beso de despedida también será el último, porque ya derrotados Hanno se convertirá en esclavo y su trayecto hacia la venganza concluirá en el coliseo de Roma ¿Suena parecido?

Entonces nos enteramos que Hanno es en realidad Lucius, el niño de la primera historia, nieto del emperador Marco Aurelio, que debe desterrarse hacia otras tierras para evitar ser asesinado en las pugnas del poder y que quizás no fue una decisión muy sabia porque ahora gobiernan dos hermanos gemelos, tipo Calígula por partida doble, con serios problemas de sanidad mental más que de crueldad.

La película entonces se la juega en varias dimensiones y géneros, desde la aventura y lo fantástico con un Hanno avanzando de prueba en prueba hasta volverse famoso por morder a un mono salvaje, la política con sus intrigas palaciegas por el poder, el melodrama porque los orígenes sanguíneos no son lo que se pensaba y el hijo no lo era de su padre y la madre ahora duerme con el enemigo que parece no lo era tanto y así la película sigue sin respirar y entre medio de todo mucho del cine “gore” con charcos de sangre por brazos, cuellos y cabezas decapitadas. En definitiva, hay para todos los gustos.

“Gladiador 2” es una película irregular y menor con delirios de grandeza por ser superproducción y donde lo mejor son sus batallas y peleas cuerpo a cuerpo donde domina el CGI y una escena que para los espectadores romanos de aquellos años, brutos deseosos de carnicería, es de ciencia ficción con un coliseo que recrea un campo de batalla marítimo, tiburones incluidos, y quizás esta secuencia será lo único recordable de la película, no tanto por lo artístico, sino por la extravagancia de la idea, pero también porque puede esconder una reflexión sobre el actual cine de Hollywood de que todo se puede hacer entre cuatro paredes.

El resto son interpretaciones actorales que cumplen, un guión que sigue la matriz del original con ciertas modificaciones en el relato y donde de vez en cuando se busca una frase para el bronce que logre repetir aquella que pronunciaba Máximo en “Gladiador” y que era digna de un servidor leal a un emperador legítimo, esposo y padre de una mujer e hijo asesinados que jura vengarse aquí o en el más allá. Esa frase no aparece, a pesar que los discursos y arengas se dicen cada 15 minutos, porque la película tiene la sombra de su antecesora y para decir algo que se recuerde en el tiempo se requiere cierta inspiración y saber el momento y al público que se le está hablando.

Quizás “Gladiador 2” lo tiene claro. Le habla al público del coliseo romano.

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