El G20 se da cita en Río de Janeiro dividido por las guerras, los superricos y la financiación climática
Los jefes de Estado y de Gobierno del G20 se reúnen este lunes y mañana en Río de Janeiro (Brasil), en medio de profundas divisiones por las guerras en Ucrania y Medio Oriente, por la propuesta de crear un impuesto a los superricos y por las diferencias para abordar una transición energética justa.
Delegaciones de 55 países y organizaciones internacionales se darán cita en el Museo de Arte Moderno de Río, blindado para la ocasión por 20.000 militares y policías que han convertido el barrio carioca de Flamengo en un búnker.
El Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en calidad de anfitrión, recibirá a una larga lista de gobernantes, entre ellos Joe Biden (Estados Unidos), Xi Jinping (China), Claudia Sheinbaum (México), Javier Milei (Argentina), Narendra Modi (India), Emmanuel Macron (Francia) y Olaf Scholz (Alemania).
De nuevo sin Putin
Rusia estará representada por su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. Brasil, que ocupa la presidencia rotativa del G20, foro que reúne a las mayores economías del planeta, invitó a Vladímir Putin, quien declinó asistir.
Sobre el jefe del Kremlin, quien tampoco estuvo en la pasada cumbre de Nueva Delhi, pesa una orden de captura internacional por la guerra en Ucrania.
Brasil centrará la cumbre en tres ejes: eliminar el hambre, la reforma de los organismos internacionales (Onu, FMI, Banco Mundial, OMC) y la transición energética.
Para el primero, formalizará el lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, la gran apuesta de Lula con la que busca acelerar la lucha contra la creciente desigualdad mundial.
Al nuevo mecanismo se han suscrito ya 39 países y 30 organizaciones.
Otro objetivo es aprobar un impuesto global para los superricos, iniciativa que ha encontrado la resistencia de países como EE.UU. y Alemania, y que no pasó de una mera declaración de intenciones en reuniones ministeriales previas.
La transición energética será el tema de una tercera plenaria mañana, en un contexto en el que los países emergentes demandan una financiación justa por parte del mundo desarrollado para la preservación del medioambiente.
Con la incertidumbre de cuál será la línea del republicano Donald Trump cuando asuma la Presidencia de Estados Unidos en enero, la cumbre de Río puede además verse empañada por el Presidente de Argentina, Javier Milei, enemigo declarado de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Onu.
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