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La historia detrás de la inversión que le cambió el rostro al histórico Hotel Cabo de Hornos

Domingo 24 de Noviembre del 2024

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  • Un equipo de El Magallanes se adentró en las profundidades del hotel ubicado en el corazón de la capital regional.  

Marcos Sepúlveda Loyola

 

Doscientos kilos de papas a la semana; más de 600 piezas entre platos, cubiertos y copas se lavan al día; 200 sábanas que cambian diariamente 18 mucamas. Estos son algunos de los números detrás del Hotel Cabo de Hornos, uno de los hospedajes más antiguos y tradicionales de Punta Arenas, el cual durante noviembre anotó un nuevo hito en sus 60 años de historia, con la inauguración de una moderna torre de ocho pisos con más de 70 nuevas habitaciones, edificación que lo transforma en el recinto hotelero con mayor capacidad de cama en la Región de Magallanes. 

Hoy el hotel se encuentra a su máxima capacidad, en su mayoría por turistas extranjeros. En temporada baja, éste tiene un 40% de las habitaciones ocupadas, muchas de ellas por visitantes nacionales. 

La separación entre el nuevo y el viejo Cabo de Hornos es indetectable a la vista del ojo humano, el único vestigio es una lámina de metal que une ambas edificaciones y que el fraguado de las cerámicas tiene una tonalidad blanca distinta. El mobiliario de las habitaciones es el mismo para ambas instalaciones, la única diferencia es el sistema de calefacción, ya que está la añosa edificación amasardada que se calefacciona a través de un sistema de calderas, en cambio la nueva torre posee aire acondicionado.  

Este recinto es uno de los pocos hoteles tradicionales que resistió la crisis de la pandemia, el estallido social y la arremetida de las grandes cadenas hoteleras multinacionales. En el camino, quedaron clásicos hospedajes como el Hotel Carrera de Santiago, el O’Higgins de Viña del Mar o el Araucano de Concepción. 

Pilar Agüero, gerenta general de Hoteles Australis, compañía administradora del recinto, define que la clave del éxito y superarse en el tiempo es: “Nunca hemos perdido una visión de futuro” y “tener un estándar de excelencia internacional sin perder la esencia de un hotel histórico”. 

Al momento de gestar esta idea hubo un debate si crecer en habitaciones o incorporar un centro de convenciones, dos necesidades que tiene Punta Arenas. Desde Australis se decantaron por la primera. 

Inversión 

Fueron 15 millones de dólares lo invertido por Hoteles Australis en la nueva torre. A las 70 habitaciones se sumaron más espacios para los trabajadores, un gimnasio y un wellness center. 

“Hace muchos años que nosotros ya veníamos viendo de que la demanda turística en Punta Arenas estaba exigiendo no sólo más camas, sino que también un mayor estándar”, señala Pilar Agüero. En 2016 adquirieron un terreno contiguo, perteneciente al Banco Santander Banefe, en donde se emplazaba una casona estilo neoclásico. 

Casi ocho años transcurrieron entre esta adquisición y el corte de cinta. La obra tuvo que sortear varios escollos. El primero fue el proceso de tramitación de los permisos ambientales y sectoriales. La construcción tuvo que cumplir una serie de requisitos al encontrarse emplazado en una zona típica. Pilar Agüero recuerda que, superada esta dificultad, tenía los materiales comprados, los trabajadores contratados, y todo listo para comenzar con las faenas en abril de 2020, pero el inicio de la crisis de Covid-19 los obligó a poner un freno de mano a la construcción. 

Las obras se iniciaron en marzo de 2021 con la remodelación interna del histórico edificio, las cuales tuvieron un costo US$2,5 millones. Aquí desapareció el antiguo hall, el lúgubre restaurante dio paso a un espacio más amplio e iluminado, la cocina se trasladó de lugar y los mobiliarios de las habitaciones fueron modificados. En marzo del año pasado, dieron el vamos al derrumbe del edificio contiguo para levantar la torre, en ella trabajaron 400 personas a cargo de la Constructora Salfa Austral. 

La crisis de la pandemia encareció los costos de los materiales, lo que elevó el valor de la infraestructura en un 30%. En 2021 se estimaba que la torre costaría $10 millones de dólares. 

El edificio 

El diseño de la moderna torre de ocho piso es obra del arquitecto magallánico Pedro Kovacic, mente detrás de la transformación del Frigorífico de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego en el The Singular de Puerto Natales. En el Cabo de Hornos se combinaron varios conceptos: sencillez, modernidad y elegancia. “Es un edificio que no busca competir con el antiguo”, comenta Pilar Agüero, quien junto con Kovacic se encargaron de no dejar ningún detalle al azar. 

Desde fuera se ve un edificio con una fachada muy neutra, que busca pasar desapercibida a la vista de los transeúntes, privilegia grandes ventanales, los cuales dan una vista privilegiada al estrecho de Magallanes. “Aquí el concepto es preservar el patrimonio cultural de la ciudad de Punta Arenas”, añade Agüero. 

Para el interior escogieron a la escultora magallánica Paola Vezanni para decorar el hall de entrada y al fotógrafo local, Vicente González para las fotografías que ornamentan otros espacios. El patio interior posee unos árboles doblados que evocan la vegetación que resiste a los embates del viento. 

La cocina 

Uno de los puntos de mayor tráfico es la cocina, todo el día es un entrar y salir de platos. Aquí la función comienza a las 5:45 de la madrugada con el desayuno, el que se extiende hasta las 10 de la mañana. De ahí comienzan los preparativos para el almuerzo, lo ideal es tener todos los ingredientes que se pueden usar cortados y lavados, para que a la hora que el cliente pida, sólo haya que terminar la cocción y emplatar. Al día se sirven más de 200 platos. Empanadas y ceviches son los más demandados. El director de orquesta de esta cocina es el chef, Carlos Delgado, quien trabaja con un equipo de aproximadamente 10 personas entre cocineros y mozos. 

Trabajar en un hotel 

No es tarea fácil trabajar en un hotel, se requiere un entrenamiento, comenta Verónica Martínez, gerenta del Cabo de Hornos. Existe un manual de cómo se debe hacer una cama, en qué lado se debe dejar el vaso con agua, cómo se doblan las toallas. La faena de limpieza no se limita a pasar un trapo con cloro y Cif. Sino que se aplican una serie de productos industriales para evitar la proliferación de ácaros y otros temas de insalubridad. 18 son las mucamas encargadas de esta labor, cada una limpia diez habitaciones. Una vez finalizado su trabajo pasa una supervisora verificando que todo esté en orden. Esto se hace entre las 10 a las 12 del día, antes del ingreso de los nuevos turistas. 

“Del cielo a la tierra”

Así califica, la jefa de los recepcionistas, Patricia Muñoz, quien acompaña a Verónica Martínez en el recorrido por el hotel ofrecido a este diario, al llegar a la zona destinada a los trabajadores. Son dos pisos que se encuentran mirando a la calle Pedro Montt, en donde están ubicados los casilleros, un salón multiuso, las oficinas de los altos cargos del recinto y baños. “Estos antes estaban en la zona de entrepisos y los casilleros andaban repartidos por todos lados”, indica la gerenta del Cabo de Hornos. 

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