Mañana lunes cierra albergue de Independencia y aún hay deudas en sueldos de trabajadores

Mañana lunes se llevará a cabo el cierre definitivo del Albergue Calle, ubicado en Avenida Independencia y administrado por Fide XII. Un proceso complejo que causó incertidumbre en cada uno de los usuarios que no tendrán un techo para resguardarse, un baño, ni tampoco las comidas mínimas. 

Los trabajadores también enfrentan una realidad difícil, pues sus sueldos se han cancelado de manera parcializada y hay algunos a los que aún les deben sus pagos. A pesar de haber iniciado el pago de los sueldos atrasados, el proceso ha sido insuficiente para resolver las deudas acumuladas. 

“Sólo se han cancelado los salarios de octubre. En mi caso, aún me deben septiembre y hay incertidumbre sobre cuándo se regularizará completamente la situación. Se habla de que podría ser entre hoy y el lunes, mientras que noviembre recién sería abonado a finales de mes”, declaró un trabajador del albergue.

El cierre del recinto deja en una situación alarmante a los 22 usuarios que hasta ahora utilizaban sus instalaciones. Según se informó, únicamente mujeres y personas en situación de dependencia física podrían ser derivados, mientras que el resto, en su mayoría de personas con consumo problemático de sustancias, quedará sin un lugar donde refugiarse. Más de la mitad de los usuarios se irá a la calle. Es desgarrador porque son personas que también necesitan ayuda, pero no califican para otros programas de alojamiento.

Esta situación fue planteada por los propios trabajadores, que, con movilizaciones, alertaron de la gravedad de la situación. Actualmente, el albergue de calle Independencia atiende a cerca de 25 personas en situación de calle y cuenta con un equipo de entre 15 y 18 trabajadores, quienes han sido directamente afectados por los problemas de gestión. Hay personas con dependencias, discapacidad y con consumos problemáticos.

Las dificultades, que denunciaron los trabajadores, no sólo se limitan al pago de remuneraciones, sino también a la falta de insumos esenciales para el funcionamiento diario del dispositivo, lo que ha generado un clima de incertidumbre tanto entre los beneficiarios como entre el personal.