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El dramático llamado de ayuda de Nancy Contreras

Calvario de una madre: “A mi hijo lo dan de alta el lunes y yo no puedo hacer nada más que escapar”

Domingo 1 de Diciembre del 2024

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  • La desesperación de una madre cuidadora:
    “Se pasan la pelota de un lado para el otro”.

 

Nancy Contreras vive atrapada en un ciclo que parece no tener salida. Siendo madre de un joven de 22 años con autismo severo, su vida se ha convertido en una lucha constante por encontrar ayuda en un sistema que no responde a sus necesidades ni a las de su hijo. La desesperación que enfrenta, es un grito silencioso que evidencia las profundas falencias en la atención a personas con discapacidad grave y es que no hay un dispositivo que acoja a su hijo, que sufre crisis cada tres días, se agrede a sí mismo y la agrede a ella.

“Ya no sé qué más hacer”, confiesa Nancy desesperada. Las crisis de Felipe son cada vez más frecuentes y difíciles de manejar. “Hoy está hospitalizado, pero el lunes le dan el alta, y volvemos a empezar. Yo no puedo hacer nada más que escapar y salir a la calle, llamar al Samu. Ellos allá lo contienen”. En sus palabras se percibe el agotamiento acumulado de años de sacrificios y puertas cerradas.

Esta mujer no sólo ha buscado ayuda en el sistema de salud; ha tocado puertas en todas las instituciones que podrían ofrecer algún tipo de apoyo. Enviada de una oficina a otra, las respuestas son siempre las mismas: promesas incumplidas y la sensación de que nadie quiere asumir la responsabilidad y que las facultades no las tiene nadie. “Entregué una carta en la delegación presidencial, hablé con autoridades de Senadis y el Servicio de Salud, pero todo sigue igual. Se tiran la pelota unos a otros. Mientras tanto, mi hijo sigue sufriendo, y yo estoy al borde del colapso”.

Incluso después de hablar con el Presidente Gabriel Boric, en la que le aseguraron que se establecería una mesa de trabajo, no ha habido avances. “Y con respecto a la carta, petición y haber hablado con el Presidente, nada. Me dijo que se haría una mesa, de ahí nunca más me comunicaron”, afirma Nancy con frustración.

La impotencia también se extiende al ámbito judicial. Nancy ha presentado múltiples denuncias, esperando que se tomen medidas concretas para proteger a Felipe, pero los tiempos de la justicia son lentos e indiferentes a la urgencia de su situación. “Me dijeron que tardarían dos meses en investigar. Ya pasó uno, y seguimos esperando mientras las crisis de mi hijo empeoran”.

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