Conductor ebrio que provocó accidente donde murió una joven profesional quedó en prisión
Mientras por un lado, suman y suman las muestras de afecto y cariño en torno al velatorio de la joven profesional del Centro de Rehabilitación Cruz del Sur, Claudia Godoy Cárcamo, el conductor responsable del accidente que le costó la vida quedó ayer en prisión preventiva.
El domingo se controló la detención de Miguel Angel Raipane Soto, pero el Ministerio Público solicitó una ampliación por 48 horas, ante la necesidad de contar con informes que eran esenciales para formalizar cargos, trámite que se cumplió ayer.
El fiscal jefe de Punta Arenas, Sebastián González Morales, entregó antecedentes del accidente que el domingo terminó en tragedia.
Raipane conducía en estado de ebriedad un auto Honda Fit y sin haber tramitado nunca licencia de conducir.
Según la declaración que entregó a Carabineros, horas antes estuvo compartiendo en el pub Dejavú, ubicado en España esquina Maipú, donde consumió tres vasos de Fernet, de medio litro cada uno y un vaso de whisky.
A este local llegó acompañado de su pareja Camila Alvarado (quien actualmente se mantiene en riesgo vital), más otro amigo, Alejandro Burgos, que estaba acompañado de su compañera (Claudia Godoy).
Ahí permanecieron hasta el cierre del local, cerca de las cinco de la mañana. “Todos subieron a mi vehículo, quedando de copiloto Alejandro. Detrás de este Camila y detrás mío la Claudia”.
Salieron todos juntos con la idea de comprar algo para comer en los carritos ubicados en la Costanera.
Por eso tomó Avenida España y bajó Avenida Colón. “De ahí no recuerdo nada más hasta recibir el impacto en el lado derecho de mi vehículo. Luego recuerdo que estaba fuera del auto y apareció el Samu, Bomberos y Carabineros”.
Dijo no recodar la velocidad a la que se desplazaba, ni la luz del semáforo que enfrentaba, “sólo que veníamos conversando”.
Miguel Raipane colisionó con el vehículo Mazda Demio que se desplazaba por calle Magallanes, de sur a norte, el que era conducido por un menor de 16 años, quien por la edad no podía tener licencia de conducir. El fiscal ratificó que guiaba sin alcohol en el cuerpo.
No así el otro conductor que, como indicó el fiscal, “manejaba con un litro y medio de Fernet y un whisky. Esto es un total desprecio por la vida. Ya es reprochable conducir ebrio y sin licencia, pero más encima traspasar una luz roja. Es una negligencia grave, gravísima, más con alta dosis de alcohol”, fundamentó al solicitar la prisión preventiva. La prueba respiratoria arrojó 0,98 gramos de alcohol por litro de sangre. Pero falta el resultado de la alcoholemia cuyo informe deberá ser evacuado por el Servicio Médico Legal.
Los delitos por los que formalizó el fiscal son conducción de vehículo motorizado en estado de ebriedad con resultado de muerte; más lesiones graves y lesiones leves y daños.
A lo que adicionó que el total de víctimas son cuatro, casi todas en fase de recuperación médica.
Atribuyó al imputado una “conducción reprochable”, con el fallecimiento de una persona que viajaba a bordo del vehículo.
Al justificar la prisión preventiva, el fiscal recordó que la ley obliga a la persona que comete un delito de estas características a permanecer un año en prisión, sea cual sea la condena final.
El abogado defensor, Marcos Ibacache, se opuso a la prisión, argumentando que podía quedar con otras cautelares, como el arresto domiciliario total.
Pero finalmente el juez Ricardo Herrera dio por acreditado los hechos de la formalización y compartió que la libertad del imputado constituye un peligro para la sociedad y lo dejó en prisión preventiva.