Necrológicas

– Oscar Mansilla Leviñanco

– Lorenzo Arquides Gómez Concha

– Marcos Liborio Segundo Subiabre Ruiz

– Pedro Anibal Aranda Maltés

Transparente

Por Marcos Buvinic Domingo 8 de Diciembre del 2024

Compartir esta noticia
404
Visitas

Que la transparencia es un bien escaso en nuestra sociedad se deja ver en la crisis de confianza que vivimos: “ya no se puede confiar en nada ni en nadie”, repiten muchos. Así, se va haciendo casi un hábito pensar que nada es lo que parece y hay que sospechar de las intenciones de los demás, pensando que andan con algo oculto debajo del poncho y listos para aprovecharse de otros. Es que cuando no hay transparencia todo parece sucio y distorsionado, y poco o nada resulta creíble.

La transparencia es una cualidad que permite ver a través de sí, como el cristal. La transparencia hace posible ver con nitidez, sin manchas, sin dobleces ni ambigüedad. Esta maravillosa cualidad puede referirse a las actitudes y acciones de las personas, o al funcionamiento de las instituciones, empresas o diversos tipos de organizaciones. En este sentido institucional, la transparencia es clave para la vida democrática, de modo que los proyectos y acciones de un gobierno estén abiertos al escrutinio público, sin ocultamientos ni dobleces.

Las personas transparentes hacen posible que ésta se dé en el ámbito institucional, pues sin hombres y mujeres transparentes no habrá nunca instituciones transparentes. Las personas que viven la transparencia son confiables y creíbles, pues se muestran tal cual son y permiten ver en ellas cuáles son sus disposiciones e intenciones, los valores que viven y comunican, la sinceridad e integridad de lo que dicen y hacen, y a través de sus palabras y acciones muestran lo que habita en su espíritu. Sin duda, uno de los mayores elogios que se hace de alguien es cuando se dice que “es una persona muy transparente”.

El común de la gente tiene olfato para reconocer en otros esa transparencia que permite ver más allá y poder confiar en esa luminosa claridad. Sin duda, eso es lo que sucede en el pueblo cristiano con María, la Madre del Señor Jesús, a quien hoy celebramos como “la Inmaculada” o “la Purísima”; es decir la que no tiene manchas que opaquen la verdad de su vida o distorsionen la integridad de su persona. Por eso, decir que María es la Inmaculada es lo mismo que decir que María es “la Transparente” que, como un cristal, deja ver con nitidez todo lo que de Dios hay en ella, así como todo lo que Dios hace en ella y a través de ella.

En la fe cristiana, decimos -junto con el Señor Jesús- que es del interior de cada uno, del corazón humano, de donde sale lo bueno y también de donde salen todas las malas acciones y toda injusticia; eso es lo que en el lenguaje cristiano llamamos “pecado”, esa distorsión que mancha y echa perder la propia vida, y con la cual se la echamos a perder a los demás. Así, en este día, la fe de los cristianos proclama y celebra que Dios quiere rescatarnos de toda alienación y distorsión que empañe la transparencia. 

Eso es lo que Dios ya ha hecho en María, la primera cristiana, la “llena de Gracia”, y que por lo mismo es “la Inmaculada”, “la Purísima”, “la Transparente”, cuya vida no está manchada ni con la indiferencia ante el sufrimiento de los demás ni con la búsqueda individualista de bienestar. María, la Transparente de Dios, es como un cristal diáfano que permite que se manifieste la luminosa belleza y la capacidad de justicia que Dios puso en los seres humanos. 

María, la Transparente de Dios, tiene el corazón bien puesto en el plan del Señor, y por eso dice “Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mi según tu Palabra” y proclama que “el Señor derriba de su trono a los poderosos, y pone en su lugar a gente humilde”, que “el Señor colma de bienes a los hambrientos y despide a los ricos con las manos vacías”.  María es la que nos invita a seguir al Señor Jesús diciéndonos “hagan todo lo que Él les diga”.

Como el común de la gente tiene olfato para reconocer la transparencia y la integridad, es que hoy acuden millones de personas a todos los santuarios del país donde se venera a María -sólo a Lo Vásquez va más de un millón de peregrinos-, porque en ella el pueblo cristiano descubre la verdadera imagen del ser humano: transparente de la belleza de Dios y transparente en las relaciones humanas. En nuestro país, nada ni nadie convoca tanta gente como esta fiesta que celebra lo que Dios ha hecho en la Madre del Señor Jesús. Ella es el signo de lo que este mundo está llamado a ser: transparente, lleno de la gracia de Dios.

Pin It on Pinterest

Pin It on Pinterest