Conductora de locomoción mayor vivió momentos de terror a manos de un delincuente que intentó robarle
Una conductora de la empresa Vía Alerce, que cumplía el recorrido de la Línea 5, del servicio de locomoción mayor, sufrió el robo de dinero a manos de un sujeto que viajaba como pasajero.
Esto sucedió el martes, alrededor de las 19,40 horas, aprovechándose el delincuente que el microbús sufrió una falla mecánica en pleno centro de Punta Arenas.
La misma víctima, Ruth Moreira Kiessling, entregó su testimonio a La Prensa Austral, episodio que ahora la tiene haciendo uso de una licencia médica.
Hace dos años que se
desempeña como conductora y aclara que es la primera vez que vive una situación de esta índole, “que me dejó en estado de shock”.
El martes en la tarde le falló el embrague al bus, justo en el paradero de calle Chiloé, al llegar a Errázuriz, frente a la Segunda Compañía de Bomberos.
Iba a capacidad total así que frente a esto tuvo que activar los procedimientos, en este caso devolver los dineros a los pasajeros.
Cada persona entrega el boleto y recibe el reembolso. “Todo iba bien hasta que un tipo, que se quedó hasta el final, a gritos me dijo que no le había dado el boleto. Cosa que es mentira, porque jamás dejo de hacerlo. Casi toda la gente bajó, pero él no. Y se acerca a la caja donde guardamos el dinero, monedas y billetes. Metió la mano para sacarme plata. Traté de impedirlo pero se puso violento y eso llevó a que me esguinzara dos dedos de mi mano izquierda”.
El sujeto, chileno, se puso más violento. La empujó y eso hizo que se golpeara en la barra que separa el sector de los pasajeros y el conductor.
Afortunadamente unos jóvenes salieron en su defensa. Generalmente viajan con ella al sector sur ubican “a la tía del bus”. Y en un minuto gritaron “para que la quieren asaltar”. Ellos, más un muchacho extranjero de una peluquería que está en la esquina, la defendieron y esto hizo que finalmente el sujeto saliera huyendo.
“Para mí esto fue un robo con violencia. Y entre la denuncia en Carabineros y la clínica estuve hasta las tres de la mañana esperando para irme a casa. Me diagnosticaron un esguince y un corte”, manifestó la afectada.
En general lo sucedido le deja como enseñanza que en casos como estos casi nadie ayuda a nadie. Salvo los jóvenes que tuvieron la valentía de no dejarla sola.