Sobre 43 mil millones de pesos adeudan exalumnos de la Umag por Fondo Solidario
Lucas Ulloa Intveen
[email protected]
Los montos que se le adeudan a la Universidad de Magallanes son millonarios y afectan tanto el bolsillo de la institución como las posibilidades de pago. Por ello, el equipo directivo trabaja en un plan de reestructuración institucional en paralelo, el cual se comenzará a implementar durante el primer semestre de 2025, dando cuenta de los desafíos financieros que tiene la única universidad estatal de la región de cara al próximo año.
Este plan de reestructuración ya ha tenido un primer hecho importante, consistente en la no renovación de contrato de 36 trabajadores. Son múltiples los desafíos que enfrenta cada unidad, facultad y vicerrectoría, aunque han esgrimido que la mirada está en realizar el plan transparentando las problemáticas a la comunidad.
Una de las situaciones que complican las finanzas de la Universidad de Magallanes tiene relación con una problemática a nivel país, correspondiente a la nómina de deudores morosos del Crédito Universitario, o Fondo Solidario, que cada institución facilita a sus alumnos para financiar estudios.
El Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas publica anualmente una nómina de los deudores morosos, en la que se apuntan 4.067 exalumnos y exalumnas que le adeudan una suma de $43.028.290.000, los que se expresan en 639 mil UTM. Dentro de este listado, se observan algunos casos con cuantiosos montos que superan los 120 millones de pesos, así como más de 19 que adeudan sobre 67 millones.
Si uno divide el monto total por la cantidad de morosos, sería un promedio de 10 millones 580 mil pesos por persona. El listado incluye personas fallecidas, otras vivas, 40 funcionarios de la Umag que deben más de $400 millones a la institución donde estudiaron, entre los que se encuentran dirigentes sindicales y doctores con montos impagos.
Incluso dentro del listado figuran algunas personas de la esfera política, que ostentan cargos públicos al día de hoy. Entre ellos, la reelecta concejala por Renovación Nacional de la comuna de Punta Arenas, Alicia Stipicic con 33,53 UTM, equivalente a $2.256.367,82, es decir, dos sueldos de su cargo actual. También se encuentra el seremi de Desarrollo Social, Danilo Mimica, con $2.064.579,92 impagos, equivalentes a 30,68 UTM; y la seremi del Trabajo, Doris Sandoval, que adeuda $1.284.642,46.
El incómodo cobro
El vicerrector de Administración y Finanzas de la Umag, Fredy Cabezas Belmar, comenta que esta situación trae diversas complejidades a la institución, puesto que cada vez son menos las herramientas de cobranza que tienen para acortar esta brecha. “Cada año informamos a Tesorería y una forma de recuperar parte de esa deuda morosa es a través de la Operación Renta. Aquellas personas que hacen declaración de renta y tienen devolución, una parte se recupera para efectos de pagar o abonar a esas deudas morosas”, explica Cabezas.
Los mecanismos que se utilizan para notificar a los morosos son principalmente vía correos electrónicos o cartas, donde se les invitan a regularizar las deudas. Asimismo, se ofrecen algunas facilidades de reprogramación y pagarlas en montos más cómodos. “Lo que hace el Fondo Solidario es darle la oportunidad de que otros estudiantes tengan la oportunidad de pagar sus estudios”, comenta Cabezas sobre los efectos de saldar estas deudas.
Sobre los efectos que este tipo de deudas trae para la Umag, sostiene Cabezas, “acorta las posibilidades de poder ayudar a estudiantes que así lo requieran. Hay un grupo de personas hasta el 60% más vulnerable de la población que tiene acceso a la gratuidad. Pero hay otro grupo que va entre el 60% y 80% que podría acceder a un financiamiento más blando, como el Fondo Solidario. Hay personas que requierán este financiamiento, porque no caben en la gratuidad, pero tampoco tienen todos los recursos para pagar directamente”.
Por otro lado, dentro de los estudiantes que no estudian con gratuidad, hay un 30% que no cuentan con fuentes de financiamiento externas y las familias se hacen cargo de los aranceles, pactando con la Tesorería de la Umag. Un grueso las paga, pero otro grupo, por diferentes razones, cae en morosidad. “Se nos va generando un cúmulo de problemas, porque es difícil que esas personas puedan ir recuperándose con la deuda que van contrayendo. Hay personas que terminan al final de su carrera con $20.000.000 de deuda”.
Este año se tomó la decisión de judicializar parte de las carteras morosas, particularmente la de casos que son titulados con deuda, para cobrar vía Tribunales. “Es la forma que estamos utilizando, porque no nos quedan más herramientas para recuperar la deuda”.
“Lo más importante acá es que la morosidad repercute en el flujo de caja de la universidad, que finalmente es lo que utilizamos para seguir operando, seguir pagando sueldos, la mantención de edificios, insumos para laboratorios, etc.”, expone Cabezas.
Umag: Hablemos
de (Todas) las Deudas
Sr. Director:
El rubor es una respuesta normal del cuerpo al sentir vergüenza, enojo o agrado. También enrojecemos – y nos quemamos – al absorber luz ultravioleta. En ambos casos, reaccionamos suprimiendo la causa, evitando consecuencias nocivas. Por lo tanto, el rubor es una luz en el tablero, que nos avisa cómo reaccionar bien y tiempo. Desactivarla, es un error, y sólo empeora las cosas.
Algo similar ocurre con las deudas impagas: ignorarlas deliberadamente, sólo agrava la situación. Para el acreedor, por el no pago; y para el deudor, por la carga moral (culpa) del caso. Esa culpa, cuando se revela, suele tener un costo social intolerable. Por ejemplo, para autoridades y personalidades cuya imagen pública se ve afectada con ello. Es la razón de, por ejemplo, la Ley de transparencia, y otros instrumentos que la sociedad implementa para exigir una conducta proba. Aún nos sonrojamos cuando se conocen públicamente nuestras deudas impagas, aunque muchos digan lo contrario. La presión social existe, y es efectiva. Y para muestra, vaya un botón.
En el sitio del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, se publica la nómina de los deudores morosos del Crédito Universitario que cada institución otorgó a sus alumnos para financiar estudios, al 2% de interés anual, y con extinción legal al año 12 si está al día con sus pagos. (https://consejoderectores.cl/wp-content/uploads/2024/02/Universidades-del-CRUCH-1-merged-1.pdf)
Nada tiene que ver esto con el Cae, en vía de ser refinanciado de acuerdo a la promesa de campaña presidencial. El “Alma Mater” de estos deudores no es un banco, ni tiene atribuciones de tal, lo que facilita su morosidad. Ni siquiera se los puede enviar al Dicom, y gozan de irritante impunidad.
Es así como a la Universidad de Magallanes, hay 4.067 exalumnos y exalumnas que le adeudan sobre 639 mil UTM; es decir, la friolera de 43 mil 28 millones 290 mil pesos de hoy. Bonita suma…
En promedio, le deben casi 10 millones 580 mil pesos cada uno. El que más, debe 129 millones, con 19 personas adeudando sobre 67 millones. Algunas de esas personas están fallecidas, y muchas – literalmente- son “vivas”. Por ejemplo, los actuales 40 funcionarios de la Umag que le deben en total más de 415 millones; entre ellos un combativo dirigente sindical (7.5 millones), y un par de respetables doctores cuyo perfeccionamiento se apoyó con sobre 160 millones (y que deben en total 51, desde que fueron estudiantes de pregrado).
También figuran allí dos seremis y una concejala (sumando 5.6 millones). Y otros varios funcionarios de alto nivel en ejercicio, todos ellos con capacidad de pago…y algo de mala memoria.
La dolorosa reciente desvinculación de 36 funcionarios por razones económicas (necesitando ahorrar 2.6 mil, apenas un 6% de esos 43 mil millones), debiera contribuir al rubor de quienes, pudiendo, se resisten ponerse al día con el “Alma Mater” que los acunó amorosamente, posibilitando se realicen como profesionales y sean gente de bien en nuestra sociedad. Porque, si “no hay peor pecado que la ingratitud”, es doblemente vergonzoso deberla a la madre cuando se encuentra con problemas de caja, como es hoy el caso de la Universidad de Magallanes.
Atte. Bedrich Magas Kusak