¿También hay que besarlo?
Claudio Radonich es otro que no se anda con chicas y aprovechó la visita de los altos ejecutivos de Walmart para sacar a relucir todos su dotes de alcalde antártico y guía turístico. Citó a los gringos a las 9 de la mañana frente al municipio, lo primero que hizo fue repartirles el pasaporte puq y llevarlos a que besaran la pata del indio patagónico. Aquí comenzó el primer escollo porque ningún gringo quiso besarle la pata al indio por ser un poco antihigiénico, a pesar que el jefe comunal insistió en que si querían volver debían besar el pie del indio. De ahí Radonich los llevó hasta la estatua del piloto Pardo. Aquí una ciudadana norteamericana le preguntó: ‘¿A este que se le besa y qué obtengo a cambio?’. El alcalde antártico quedó de una pieza porque no tenía idea que podría provocar el tocarle el dedo al piloto Pardo, así que recurrió a inventar que si uno toca al piloto Pardo tendrá dinero. Así que ya sabe, si anda medio pato, vaya y toque al piloto Pardo, para que su estrechez económica se acabe. Se dice que Ana Mayorga y su concejo en pleno se amarrarán a esta figura para ver si el piloto logra el milagro y la plata llega a Natales.