Necrológicas

Como un gran lector, intelectual y filósofo definieron al juez Luis Alvarez Valdés en misa fúnebre

Viernes 27 de Diciembre del 2024

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Un templo Catedral repleto despidió al fallecido juez Luis Enrique Alvarez Valdés, este jueves a las 14 horas. En el responso oficiado por el diácono Eduardo Castillo, y a modo de homenaje póstumo, intervinieron un hermano del extinto magistrado, y dos de sus tres hijos. Todos ellos coincidieron en resaltar los valores del hermano y padre, tanto en el ámbito profesional como familiar. Lo definieron como un gran lector, gran intelectual y filósofo, de mente brillante y admirable, muy humano y bondadoso, una persona con principios y de valores que transmitió a su familia.

A nombre del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Punta Arenas, lo despidió el administrador Francisco Díaz Luengo, quien recordó que compartieron con el juez Alvarez por más de 2 décadas. “Era un hombre de una amplitud de criterio, estudioso, gracioso, divertido, que cultivó un gran sentido del humor”.

En la Sociedad de
Instrucción Popular

Poco antes, al mediodía, sentidas palabras fueron pronunciadas por el heterogéneo grupo de asistentes que se congregó en los salones de la Sociedad de Instrucción Popular para despedir al juez Alvarez Valdés. Los mensajes viajaron desde Valparaíso o Temuco, en bocas de familiares y seres queridos, como también muchos colegas y amigos lo recordaron con afecto, rememorando su calidez humana, su sencillez para explicar ideas abstractas y su siempre ávida conversación en los pasillos de la Corte.

Todos extendieron las condolencias a la familia en estos difíciles momentos, relevando la importancia que revestían ellos en la vida del juez. Hablaba de ellos con sus pares, siempre con orgullo y les invitaba a compartir parte de su vida familiar. Fue recordado como un eterno maestro, pero también un ávido aprendiz, con su oficina llena de libros, para la cual pedía constantemente nuevos muebles donde apilar más tomos.

En la Sociedad de Instrucción Popular, la ceremonia del viernes contó con espacios para que los actuales magistrados del Tribunal Oral en lo Penal, así como ministros de la Corte de Apelaciones y funcionarios de distintas áreas del Poder Judicial le rindieran una guardia de honor por el trabajo desplegado en estas más de 2 décadas. “Es una forma de acompañarlo en su viaje”, comentaron algunos.

Se recordó de su carrera que pasó por prácticamente todos los cargos, empezando como oficial auxiliar de la Corte Suprema. Luego como secretario, relatos, juez y hasta ejerció como ministro suplente de la Corte de Apelaciones.

Luego del responso en la Catedral, el funeral ingresó al Cementerio Municipal.

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