Necrológicas

El Arte

Por Jorge Abasolo Lunes 30 de Diciembre del 2024

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¿Qué sería del ser humano sin el amor, el arte o el humor?   Llevaríamos una vida más rutinaria que la existente…y sin capacidad de ensoñación. Hay arte excepcional, pero en nuestra época lo hemos degradado a límites intolerables.

Aunque parezca increíble, hasta las obras de arte más malas tienen su Museo. Scott Wilson fundó el Moba, en 1994 en Boston, luego de que se encontrara un horrible cuadro en la basura llamado: “Lucy en el campo de las flores”.

Según Wilson, la pintura era tan fea que requería ser expuesta en algún lugar, y de este modo inició el proyecto del museo. En la actualidad el Moba tiene una colección de más de 600 piezas que se pueden comprar, y también reciben donaciones.

Un atentado al arte, desde luego.

Huelga decir y aceptar que el arte no se podría haber desarrollado sin subversión, como un acto de rebeldía, esa misma subversión que inspiró grandes obras de arte. Por ejemplo, Beethoven fue muy influenciado por la Revolución francesa y es conocido el hecho de que sus sinfonías rompieron los parámetros académicos. En la época contemporánea, tenemos el caso de Los Beatles. Su arte fue una sublevación en sí misma y como tal alentó la rebeldía en la juventud.

Aunque con estilos muy diferentes, nadie puede discutir el genio de Beethoven ni el talento de Los Beatles.

Digan lo que digan, Florencia seguirá siendo la ciudad del arte sublime, donde sólo existen obras maestras.

Traigo esto a colación luego de enterarme que este año, en una reciente subasta en Nueva York, se vendió en 6,2 millones de dólares una obra del “artista” italiano Maurizio Cattelan, consistente en un plátano pegado a la pared con una cinta adhesiva. Lo que se remató no fue el plátano ni la cinta, sino un certificado de autenticidad de la obra, que otorga a su dueño el permiso de reproducirla en su pared como una obra de arte original del artista.

En sinopsis, por esta “obra” del plátano se pagó más que por un cuadro de Picasso, Dalí, Velásquez o un grabado de Roberto Matta.

De este hecho infiero que el arte también sirve de barómetro para medir la salud mental de una sociedad cada vez más extrovertida, dislocada y hasta esquizofrénica.

Un amigo mío que sabe mucho de arte y estética me dice:

– Jorge, yo soy conservador en el arte y nunca he entendido eso del arte conceptual, conforme al cual la reflexión intelectual sobre el objeto artístico está por sobre la estética.

Le encuentro bastante razón a mi amigo. Desde Marcel Duchamp, el polémico “artista” francés que el mundo empezó a llamar obra de arte a cualquier mierda hecha por el hombre. Nada más insólito y fuera de lugar. Recordemos que la obra clásica de Duchamp consistió en un simple urinario, al que el arribismo francés le llamó “obra maestra”. Desde entonces que establecer la diferencia entre un objeto ordinario y una obra de arte se hace más difícil que leer un diario mojado.

Para quienes deseen seguir festinando el genuino arte, les recomiendo enviar a Nueva York el afamado indio pícaro metido en un vaso de chicha para que lo rematen. 

En una de ésas, ganan mucha plata…

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