El legado de dos maestras acogidas a retiro del Liceo María Auxiliadora
El Liceo María Auxiliadora de Punta Arenas despidió con una emotiva ceremonia a dos educadoras cuya vocación y entrega marcaron profundamente a la comunidad educativa: Darioleta Retamal Cayún y María Isabel Damianovic Barría. Ambas maestras, ahora jubiladas, no dejaron sólo conocimientos, sino también valores y amor en cada una de las generaciones que formaron.
Retamal llegó al Liceo en 1988, llena de sueños y con la intención de construir una vida dedicada a la educación. A lo largo de más de tres décadas, fue profesora de historia y religión, profesora jefe, catequista de primeras comuniones y una guía espiritual para sus estudiantes. En 2022, recibió una distinción pastoral de la Diócesis, un reconocimiento que simboliza su compromiso con la formación integral de sus alumnos.
“Espero que me recuerden como una persona que intentó entregar mucho amor, alguien maternal. Algunas chiquitas me dicen que les recuerdo a sus abuelitas, y eso me enorgullece. Creo que significa que recibieron de mí amor, cariño y preocupación, porque eso es lo que representa una abuelita: amor incondicional”.
María Isabel Damianovic Barría, quien fue exalumna del Liceo, regresó como profesora en 1986. Tras acompañar a su esposo por distintos rincones de Chile, regresó en 2013 para enriquecer el Centro de Recursos de Aprendizaje (CRA), donde impulsó en los estudiantes el amor por la lectura y la participación en actividades culturales. Su carisma, liderazgo y alegría dejaron una marca indeleble en quienes tuvieron el privilegio de conocerla.
En sus propias palabras, María Isabel expresó los sentimientos encontrados que la embargaron en su despedida: “Estoy con un torbellino de emociones. Nunca pensé que este momento iba a ser tan difícil. Este colegio ha sido mi casa, y lo amaré hasta el último de mis días. Aquí viví 37 años de experiencias maravillosas. Me entrené de amor cada día, y sé que no me iré del todo”.
También recordó los momentos difíciles que enfrentó, pero siempre encontró apoyo en su comunidad: “En este colegio viví penas grandes, como acompañar a mis padres en sus últimos días, pero también viví muchas alegrías. Compartí logros con mis alumnas y disfruté cada minuto. Este lugar siempre será parte de mi vida”.
Un homenaje lleno de gratitud y emoción
La ceremonia fue un reflejo del cariño que ambas maestras sembraron. Estudiantes de distintas generaciones, sus familias, colegas y apoderados estuvieron presentes para despedirlas. Hubo risas, lágrimas y palabras llenas de amor, recordando el impacto que Darioleta y María Isabel tuvieron en sus vidas.
“Hoy cerramos un capítulo importante, pero el legado de estas dos grandes educadoras seguirá vivo en nuestros corazones”, expresaron las alumnas en la ceremonia, dando cuenta que Darioleta y María Isabel “dejaron el Liceo María Auxiliadora no sólo como maestras, sino como pilares de una comunidad que aprendió de ellas la importancia del amor, la fe y la perseverancia”.