“Según nuestra experiencia, los hematomas que presentaba la ballena no son atribuibles a un enmallamiento”
El veterinario Dr. Frederick Toro Cortés, magíster en Salud de los Ecosistemas y doctor en Medicina de la Conservación, además de académico de la Universidad Santo Tomás, fue uno de los cinco profesionales a cargo de la necropsia de la ballena jorobada muerta en un centro de cultivo. La Prensa Austral tomó contacto con el profesional para conocer de primera fuente algunas de sus impresiones y resultados respecto del procedimiento que llevaron a cabo en el centro de cultivo Muñoz Gamero I, de Australis Mar.
En la comunicación fue remitido un listado de siete preguntas y se contestaron las contenidas a continuación. Algunas que no fueron contestadas tenían relación con el estado inicial en el que fue encontrado la ballena, aunque se explicó que ellos nunca la vieron, sólo se les permitió ver una fotografía. El resto de las fotografías las pudieron revisar días después de haber despachado su pre informe de necropsia, específicamente el jueves 26 de diciembre.
Además de él, en el procedimiento participaron Mario Alvarado-Ryback, Natacha Haddow, Valentina Maluenda y Camilo Poblete.
– ¿En qué condiciones y lugar encontraron a la ballena al llegar al lugar?
– “Encontramos la ballena en un estado de descomposición avanzado, lo que junto al análisis macroscópico realizado en el lugar, nos hizo concluir que la data de muerte era de una a dos semanas previas a la fecha de la necropsia. El cetáceo no tenía lesiones atribuibles a un enmallamiento, pero sí presentaba un hematoma significativo en la zona abdominal y cabeza, lo que sugiere un traumatismo como la más probable causa de muerte”.
– ¿Quiénes y cómo realizaron el movimiento de la ballena hasta el sitio de necropsia?
– “Este procedimiento lo realizó la empresa. Fui consultado respecto de la orientación de cómo sujetar el cuerpo y manejarlo en el traslado con el fin de garantizar que sea correctamente depositado y se pudiera hacer la necropsia, así como también evitar que se dañe durante su traslado; pero no estábamos en el lugar ni participamos de esas labores. Llegamos una vez que el cuerpo ya había sido depositado en el lugar en que efectuamos la necropsia. En este caso, el cuerpo se encontraba en buenas condiciones para efectuar la necropsia. En una posición adecuada que permitía el trabajo. Esto es muy importante, pues he trabajado en otros varamientos en que un mal manejo o movimientos del cuerpo terminan por frustrar la posibilidad de hacer necropsia”.
– ¿Pudieron tomar fotografías o análisis en el lugar donde fue encontrada o sólo en la costa?
– “Nosotros hicimos la necropsia de la ballena, por tanto trabajamos sólo en la costa, en el lugar en que se encontraba y donde la ballena fue dejada, luego de que la empresa la retirara del lugar del hallazgo en el centro de cultivo”.
– ¿Existen lesiones atribuibles a enmallamiento?
– “Según nuestra experiencia, los hematomas que presentaba la ballena no son atribuibles a un enmallamiento. Junto al equipo de veterinarios que realizamos la necropsia creemos que es altamente probable que estas lesiones hayan sido consecuencia del choque con alguna embarcación”.