2 para adelante y 3 para atrás

Como buen fin de año siempre es necesario y conveniente echar una mirada hacia atrás para evaluar distintos aspectos de nuestra vida en común, por ejemplo el como nos hemos ido apeando como país en este desafío gubernamental con el abordaje de las nuevas generaciones a cargo del gobierno después de su rápido ascenso al poder máximo del país.

Si el Frente Amplio no hubiera triunfado con el PC en este ciclo presidencial, probablemente se habría prolongado una oposición odiosa, como lo fueron con Piñera, durante el periodo siguiente o más bien dicho este periodo. En cambio, han estado aprendiendo a punta de costalazos y tropiezos de gobierno, gracias a que los han estado endilgando sus mentores del socialismo democrático, guiándolos en lo que hay que mantener y cuidar, lo que hay que conservar y, que se debe hacer para mantener un país en orden. Sin ellos quien sabe donde estaríamos o adonde nos habrían llevado los monos peludos, como los bautizó Natalia Pergentile presidenta del PPD. Sin duda esta capacitación y mentoría política en la conducción gubernamental, nos está costando muy cara pero a lo mejor haberlos tenido como oposición, durante este periodo, habría sido mucho más peligroso y caro para el país. De pasadita se chingaron también los avivadores de cueca o silenciosos pasivos que celebraron el estallido engañando al país, pese a que ellos se autoidentificaban dentro de los cuerdos.

Es interesante analizar como aprecian algunos comentaristas políticos el proceso que ha vivido el país con este experimento político. Por ejemplo Carlos Peña en una columna en un matutino capitalino, nos dice que a Boric “si se le juzga por lo que no pudo hacer habiendo querido hacerlo, la respuesta es brillante. Y es que el éxito se alcanza tanto cuando se logra algo bueno, como cuando se evita algo malo cuando se acierta, pero tambien cuando se abandona el error.”

Por su parte, también es bueno tener presente lo que escribe el sociólogo Camilo Feres cuando recuerda lo nada justificado que fue “el vil propósito de derrocar al legítimo gobernante electo en las urnas. Sin embargo, en esos afiebrados días de octubre y después fueron demasiados los políticos, académicos y comunicadores que olvidaron los límites que exige la convivencia civilizada.”

Por supuesto se debe tener presente y recalcar que quienes eligieron al Gobierno, son los principales responsables, no se puede justificar todo en que se pudo conservar la democracia y respetar el poder mantener el periodo presidencial. Ahora cual más cual menos, se invirtieron los papeles y lo están experimentando en carne propia. Así será mientras no se tenga una forma institucional de poder corregirlo o acotarlo, cuando se requiera, como ocurre en un sistema parlamentario antes de tiempo, cuando se ha perdido la confianza de las huestes políticas y la ciudadanía.

El que nuestro sistema político actual no funciona como debiera, queda demostrado como al igual que sacar las castañas con la mano del gato, los políticos en el gobierno, independiente del sector que representen, buscan usar por ejemplo al Tribunal Constitucional o la Contraloría o alguna instancia que les permita evadir la realidad de lo que están enfrentando. Se crea institucionalidad pero no se la respeta cuando no les conviene. Así siempre será poco lo que se avance, dos para adelante y tres para atrás.