La creciente diversidad migratoria en Magallanes y sus desafíos

El reciente informe del Instituto Nacional de Estadísticas (Ine) sobre la población migrante en Magallanes nos ofrece una mirada reveladora de nuestra zona que, aunque ubicada en el extremo sur de Chile, no ha sido ajena a los flujos migratorios que marcan el país. Según los datos de 2023, Magallanes alberga a 12.216 personas extranjeras, representando el 0,6% del total nacional. Este aumento del 9,1% respecto de 2022 no sólo destaca un crecimiento constante, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el impacto y los retos de esta realidad.

La presencia de comunidades predominantemente venezolanas y colombianas evidencia cómo las dinámicas globales y regionales, desde crisis económicas hasta desplazamientos forzados, encuentran su eco incluso en territorios distantes. Este enriquecimiento cultural, sin embargo, viene acompañado de desafíos sociales y administrativos que no deben ser ignorados. Uno de ellos es la situación migratoria irregular: el informe estima que 1.137 extranjeros, equivalentes al 9,3% de los migrantes, se encuentran en esta condición. Este fenómeno no sólo visibiliza los problemas en los procesos de regularización, sino que también pone en riesgo los derechos y la integración plena de estas personas.

La demografía de los migrantes en Magallanes aporta un dato relevante: el 51,4% tiene entre 25 y 44 años. Esto significa que una mayoría corresponde a población económicamente activa, lo que, si se gestiona adecuadamente, puede traducirse en un impulso para el desarrollo regional. Sin embargo, también exige políticas inclusivas en áreas clave como acceso al empleo, vivienda y servicios sociales.

Es fundamental que las autoridades locales y nacionales asuman un papel proactivo, promoviendo procesos de regularización efectivos y fortaleciendo los mecanismos de integración. 

La migración no tiene que ser entendida únicamente como un fenómeno inevitable, sino también una oportunidad para enriquecer la sociedad y dinamizar la economía. En un contexto de envejecimiento poblacional en Chile, la incorporación de estos nuevos residentes puede aportar un dinamismo demográfico vital.

El desafío para Magallanes es aprovechar este incremento de diversidad como una ventaja estratégica, sin olvidar la importancia de garantizar derechos, promover la convivencia y erradicar cualquier forma de discriminación. Sólo así podremos construir una región inclusiva, donde todos sus habitantes, sin importar su origen, puedan contribuir y prosperar.