Instituto Geográfico Militar incorpora 28 cumbres y lagos con la lengua selknam

Lucas Ulloa Intveen
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Un hito sin precedentes se alcanzó el año pasado en Magallanes, con la incorporación de 18 cumbres y 10 lagos de Tierra del Fuego en la cartografía chilena del Instituto Geográfico Militar (IGM). El caso es inédito ya que los topónimos fueron inscritos con la lengua selknam en el paisaje de la cordillera Darwin y por primera vez el IGM estrenó un protocolo para el nombramiento de hitos geográficos. Por otro lado, todo el proceso contó con la participación activa de la comunidad Covadonga Ona, que propuso los nombres en un trabajo que duró varios años.

Una pieza fundamental en este trabajo fue Sergio Baeriwswyl Rada, arquitecto y aficionado a las caminatas, la naturaleza, el dibujo y la cultura selknam, todos elementos que confluyen en esta historia. En sus caminatas por la isla, movido por la necesidad de saber los nombres de las cumbres y lagos que iba conociendo, se percató que casi todos esos magníficos hitos no tenían nombre en la cartografía chilena. “Esto me pareció increíble, ya que estos lugares han sido habitados por el pueblo selknam por más de 10.000 años y resulta imposible imaginar que esa cultura ignorara la magnificencia de ese paisaje”, relata Baeriswyl.

En efecto, existe abundante evidencia que muestra la importancia del paisaje para el pueblo y la espiritualidad selknam, así como un frecuente uso de nombres para cada uno de ellos. “Lo que ocurrió aquí fue que la historia oficial escrita por la colonización lamentablemente borró o simplemente ignoró los antiguos nombres”, sostiene.

El nombramiento

En 2019 tomó contacto con la Corporación Covadonga Ona y la Fundación Hach Saye, representadas por Hema’ny Molina y Fernanda Olivares respectivamente, quienes agrupan parte importante de la comunidad selknam. Transcurrido un tiempo, la comunidad compartió los 28 nombres de los hitos geográficos, resultado de un arduo trabajo de reflexión de las familias para recuperar parte de su memoria y herencia lingüística.

Algunas de las cumbres fueron nombradas (en su lengua original) como “La que toca las nubes” (Pala Kenkeshen), Monte Halcón (Ak’ew’ ‘Arwnot’o), “La lechuza” (K’teto’), Monte Koshepay (Koshepay’ Arwnot’o), o “La cara de Xalpen” (Xalpen Kosh), entre muchas otras; mientras que algunos de los nombres de los lagos fueron “El confín de la tierra” (Hoseke’n Harw), “Latir del corazón” (Toluk’en Aska), “Lágrimas de madre” (Mamká), “Nostalgia del territorio” (Yokeche’n Harw) o “Agua de las palabras” (Chaer Ch’óown).

Estos 28 hitos geográficos fueron plasmados en cientos de dibujos y fotos, donde incluyó los nombres en la lengua originaria, y forman parte del libro “Paisajes Ancestrales del Fin del Mundo”, de Sergio Baeriswyl. 

Posteriormente la comunidad se acercó a la Municipalidad de Timaukel para aprobar la nominación de estos 28 hitos geográficos ubicados en dicha comuna, con nombres ancestrales del pueblo selknam. Esto tenía por fin principal poner en valor y perpetuar su cultura, historia y presencia en el lugar que habitan. El municipio conoció el valor y la importancia de enriquecer su paisaje con la cultura de su pueblo originario y aprobaron junto a su Concejo Municipal los 28 topónimos.

La inscripción

“El caso particular del paisaje meridional de la isla de Tierra del Fuego es particularmente representativo de la ausencia de topónimos geográficos específicos, pues hoy la mayoría de ellos se encuentra agrupado bajo el nombre genérico de cordillera Darwin, ignorando las singularidades de un sinnúmero de enormes cumbres y lagos que en la tradición cultural local sí cuentan con denominaciones. Estas omisiones muestran un inmerecido desconocimiento del valor de la geografía y el paisaje, que ignora monumentos naturales extraordinarios”, planteó Fernanda Olivares, presidenta de la Fundación Hach Saye, en su petición enviada al IGM.

Luego de este avance logrado con la Municipalidad de Timaukel, en 2022 la Corporación Covadonga Ona fue ccontactada por un abogado, Federico Allendes, quien estaba interesado en colaborar para que estos nombres ingresaran a la cartografía oficial de Chile, labor a cargo del Instituto Geográfico Militar (IGM) chileno. Su trabajo jurídico fue apoyado por Héctor Vidal e Isabel Alfaro, quienes realizaron diversas diligencias administrativas para lograr la oficialización por medio de una resolución exenta del IGM, emitida el 22 de noviembre de 2024.

La resolución, firmada por el coronel Carlos Prado Casanova, director del Instituto Geográfico Militar, dispone la inclusión de los nombres geográficos a la base de datos geoespacial del IGM, según la ubicación y fundamentos que fueron postulados por la comunidad.

El caso no estuvo exento de dificultades burocráticas. Según explica Baeriswyl, fue la propia Contraloría General de la República quien determinó que esta tarea correspondía al Instituto Geográfico Militar, quienes para tales efectos trabajaron durante en 2023 un reglamento para estos fines. “Hasta antes de la asignación oficial de los nombres por el IGM, no existía en Chile un protocolo claro de asignación de topónimos a la geografía chilena, ya que existía ambigüedad sobre quién tenía las responsabilidades administrativas para hacerlo, unos pensaban que era el IGM, otros, el Ministerio de Bienes Nacionales o incluso el Presidente de la República.

De este modo, la comunidad selknam a través de la Fundación Hach Saye fueron los primeros en someterse al nuevo reglamento e inscribir hitos geográficos con el mismo.