¡Como te extrañaremos Leo Dan!
Corría el año 1964, todavía no entrábamos a la escuela primaria y aún no aparecían los grandes astros de la década de 1960, como Raphael, Sandro, Salvatore Adamo, Cecilia, Gloria Simonetti o Yaco Monti, por nombrar algunos.
Una mañana cualquiera algo captó mi interés. Una llamativa introducción en guitarra eléctrica precedía a una nueva voz, distinta, especial, con una entonación que, ahora después de seis décadas, podríamos denominar criolla, campechana. Era el argentino Leo Dan pero -aclararon mis padres- argentino del norte, por ello el acento especial, ese arrastre diluido de las “erres”, por ello el frasear “cantadito” dentro de la misma composición como en “Libre, solterito y sin nadie”: “¿…por qué no charlar un poquito? ¿EH? Para no sentirnos tan solos…”.
Leo Dan era Leopoldo Dante Tévez, nacido en Estación Atamisqui, provincia Santiago del Estero el 22 de marzo de 1942 y que falleciera el primer día de este 2025 en Miami, Florida, Estados Unidos a la edad de 82 años. Fue cantante, compositor y actor; lo apodaban “El León de las Pampas”.
El tema que tanto nos cautivó era “Como te extraño mi amor”, que da título a su segundo álbum y es, a nuestro entender, la canción símbolo de Leo Dan. Además, fue la primera canción romántica de la cual recordamos, se hizo hace casi cuarenta años una versión heavy metal. En 1996 los mexicanos de Café Tacvba, grabaron un exitoso “cover” que repotenció la carrera del grupo.
Leo Dan fue el compositor de casi todas sus grabaciones, de corte eminentemente romántico, de letras simples, cotidianas. Sus primeras composiciones tenían algo de su terruño natal, “de los pagos”, y así en “Santiago querido” nos dice: “Por ahí cuando escucho una chacarera/ Me acuerdo del pago…”. “Santiago Querido” da el título a una de sus cuatro películas (recuerdo que fuimos a verla con mi papá al Cine Gran Palace).
No faltan por otra parte, las referencias a la madre, a ella dedicó “Pero… Raquel” (“Raquel dejáme salir…”). En todo caso, el romanticismo de Leo Dan es optimista, a diferencia de la mayoría de los cultores del género que aluden a desengaños, desesperanzas y desazones, para Leo Dan todo tiene arreglo: “Estelita, si usted tiene novio/ En la vida siempre hay solución…”.
La lista de sus éxitos es interminable, a los ya nombrados podemos agregar: “Te he prometido”, “Tú llegaste cuando menos te esperaba”, “Libre, solterito y sin nadie”, “Tú me pides que te olvide”, “Por un caminito”, “Más que un loco” (popularizada por Leonardo Favio), “Te pido que me guíes”, “El amor y la felicidad”, “Como poder saber si te amo (extraños)”, “Decí porqué no querés”, “Yo tengo que encontrar la solución”, “Solo por tu amor yo vivo”, “Siempre estoy pensando en ella”, “Sólo una vez”, “Canta el corazón”, “Esto”, que conocimos también en versión del gran cantante y director de orquesta nacional Carlos González. (“Qué dolor que sentimos cuando a veces el amor/ Nos da el mismo camino pero no al corazón…”).
Un sello especial en su trayectoria fue la gran cantidad de canciones con nombre de mujer, no conocemos otro artista que se destaque por esto: “Lita”, “Estelita”, “Dulce Cristina”, “Manoli”, “Normita”, “Fanny”, “Celia”, “Susana llámame”, “Lili”, “Pero… Raquel”, “Marisa”, “Silvia Liliana”, “Mary Isabel”, “Martita”, “Mariette” (dedicada a su esposa), “Mi querida Margarita”, “Paula Andrea”, “Pachita”, “Bye Bye Narina” o “¿Que habrá sido de Lupita?”. Respecto de “Fanny”, curiosamente el nombre no está presente en la letra de la canción: “Jamás podré olvidar/ la noche la noche que te besé…”. En cuanto a “Celia”, fue grabada en Chile por la Sonora Palacios en ritmo de cumbia: “La conocí un domingo/ Hablamos de pasear/ Le pregunté su nombre/ Y muchas cosas más…”.
La mejor época del cantante transcurrió entre 1964 y los inicios de la década de 1970, cuando se traslada a España y luego a México donde incursionó en la canción ranchera, grabando parte importante de sus éxitos con mariachis. En 1980 regresó a Argentina y en 1990 se presentó como candidato a gobernador por su provincia, sin ser elegido. Posteriormente se dedicaría con mayor ahínco la religión evangélica que había abrazado a fines de la década de 1970. Leo Dan se mantuvo vigente casi hasta el final de sus días, al punto que en 2024 realizó su tour de despedida, demostrando que sus condiciones vocales se mantenían en un muy buen nivel. Leo Dan sin traicionar su estilo, supo mutar desde unos inicios de raigambre casi folclórica, hasta la balada romántica actual. Compuso cerca de 1500 canciones, grabó más de 70 álbumes, vendió sobre 40 millones de copia y su fama se extendió por toda Latino América, España y Estados Unidos; llegó también en alguna ocasión a Punta Arenas.
La voz de Leo Dan se apagó, pero no así sus canciones; es la herencia de un tremendo artista y mejor ser humano, cuya sencillez denotaba su grandeza. Le sobrevive su esposa Marietta Tévez, con quien se casó en 1966, y sus tres hijos.