“Extraño mucho la región y el hecho de trabajar con la gente”
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– Fue reconocida por su destacada labor en la educación pública magallánica.
En el marco del 187° aniversario del Ministerio de Educación, Rosalía Elgueda Villalobos, reconocida educadora de párvulos y educadora general básica, recibió un homenaje por sus décadas de servicio y compromiso con la educación pública. La ceremonia, organizada por la Secreduc y la asociación de funcionarios, reunió a colegas, familiares y autoridades en un evento que celebró la dedicación y el legado de quienes han contribuido al desarrollo educativo en la región.
“Recibir este reconocimiento es un momento muy especial. Cada etapa de mi carrera estuvo llena de aprendizaje y gratitud hacia quienes me acompañaron en este camino. Me siento honrada por este homenaje y por haber podido aportar al desarrollo de la educación en Magallanes”, dijo Rosalía Elgueda.
La ceremonia también reconoció a otros educadores jubilados, con trayectorias ejemplares como es el caso de Baldovino Gómez, destacado educador y defensor de los derechos humanos.
El inicio de una vocación
En una conversación llena de recuerdos, relata los hitos que marcaron su trayectoria. Elgueda recuerda cómo, tras el golpe de Estado, su madre la instó a buscar trabajo, lo que la llevó a un colegio donde combinó tareas de secretariado con la enseñanza de algunas asignaturas. Este primer acercamiento despertó su pasión por la educación, llevándola a estudiar pedagogía básica y posteriormente educación parvularia. “Sentía que podía hacer mucho más por los niños y que ellos tenían derechos que debían ser respetados”, afirma.
En su paso por la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), lideró el programa “Sala cuna en el Hogar”. Este proyecto buscó fortalecer el apego materno y mejorar las condiciones de crianza mediante talleres, visitas domiciliarias y asesoramiento integral. “El impacto que tuvo en las madres y los niños fue significativo. Una de esas experiencias la vi reflejada 18 años después, cuando me encontré con una de esas madres y su hijo, quienes habían logrado una relación cercana y llena de cuidado”, relata emocionada.
Rosalía Elgueda también dejó una huella indeleble en la región de Magallanes, donde ocupó la dirección de la Junji. Bajo su liderazgo, se construyeron nuevos jardines infantiles y se promovieron espacios como un polideportivo integral que buscaba un desarrollo holístico para los niños.
Otro de los recordados proyectos de la educadora fue el tren de la Mina Loreto, un ícono histórico de Magallanes. Este trabajo fue concebido como un espacio pedagógico y cultural orientado a enseñar a los niños sobre el patrimonio local. “Con el tren de la Mina Loreto buscamos conectar a los más pequeños con la historia de nuestra región, integrando el aprendizaje con el juego y la memoria histórica”, recordó Elgueda.
Reflexiones sobre
la jubilación
Tras una carrera llena de logros, decidió jubilarse, aunque confiesa que fue una decisión difícil. “Siento que la jubilación cortó una parte importante de lo que soy, pero también me permite reflexionar sobre mi legado y buscar nuevas formas de contribuir… Extraño mucho la región y el hecho de trabajar con la gente”.
Actualmente, trabaja en proyectos culturales y en promover la “pedagogía del humor”, convencida de que la risa y el teatro pueden transformar ambientes educativos y sociales.