Bolivia dejó libre a exfrentista Pablo Muñoz Hoffman fugado de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago en 1996

La justicia boliviana resolvió ayer dejar libre a Pablo Muñoz Hoffman, exintegrante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, quien fue detenido el lunes en las inmediaciones del Consulado de Chile en La Paz.

Muñoz era el último prófugo de los cuatro frentistas que participaron en la llamada “fuga del siglo”, ocurrida en diciembre de 1996 en la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago, y materializada mediante el uso de un helicóptero.

Interpol Bolivia dijo el lunes que se aprestaba para su entrega a Chile, y la PDI señaló que ya estaba realizando gestiones con la finalidad de presentarlo ante “34 Juzgado del Crimen de Santiago”, en virtud de sus “órdenes de detención pendientes por Infracción a la Ley de Armas, Secuestro y fuga del territorio nacional”.

No obstante, durante la tarde de ayer se conoció que Bolivia comunicó al gobierno de Chile que, para el traslado, iba a ser necesario iniciar un proceso formal de extradición.

En el intertanto, el exguerrillero quedó libre y sin medidas cautelares.

“La extradición tiene que tramitarse. La persona en cuestión está con una alerta roja, una orden de captura internacional. Chile no tenía ninguna información de en qué país se encontraba (…) Ahora sabemos que está en Bolivia, y por eso el tribunal donde se lleva la causa en Chile -esto no lo hace el gobierno- tiene que solicitar una detención con fines de extradición. Y ahí la autoridad boliviana tendrá que ir a buscar a esta persona para iniciar el proceso de extradición”, explicó la ministra del Interior, Carolina Tohá.

A la espera de que aquello ocurra, “entre medio, nosotros no podemos responder de qué actitud tenga la autoridad boliviana en su tratamiento”, añadió Tohá, que dijo esperar que el 34° Juzgado emita “lo antes posible” la mentada solicitud.

Hoy (por ayer) “la autoridad boliviana liberó al señor Muñoz Hoffman, pero una vez que se haga esta solicitud (por parte del tribunal), lo que corresponde es que lo detenga nuevamente, hasta que no se ejecute el proceso de extradición”.

“Las extradiciones son parte de procesos que son respetuosos de la justicia de otros países. Son convenios que tenemos entre distintos países, en este caso entre Bolivia y Chile”, y más allá de esta parcelación de tareas, “el Estado de Chile actúa siempre en esto al unísono: cuando el tribunal hace una solicitud, el Estado, con todos sus organismos -y el Gobierno ciertamente, porque es el que lleva las relaciones diplomáticas-, respalda la gestión hecha por el tribunal para que se facilite y se agilice el proceso”.

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