Abogado argentino detenido con pistola de reliquia consiguió alzamiento del arraigo y hoy retoma viaje a su país
Edmundo Rosinelli
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El abogado argentino de 77 años de edad, Iván Alejandro Gancedo, detenido el fin de semana en la frontera chilena de Monte Aymond tras ser sorprendido con una pistola de reliquia, del año 1900, podrá regresar a su país y retomar el viaje que se encontraba realizando, de aproximadamente 8 mil kilómetros, luego de que ayer el juez Franco Reyes levantara el arraigo regional que pesaba en contra del turista.
Esto luego de aprobarse la suspensión del procedimiento propuesto por el Ministerio Público, consistente en fijar un domicilio y renunciar a la tenencia del arma de fuego, según indicó la fiscal Johanna Irribarra.
La historia de vida de este casi octogenario profesional se conoció a partir de la situación que le tocó vivir en la frontera, el sábado 4 de enero reciente, cuando en la camioneta que se moviliza en su largo periplo los funcionarios de Aduanas encontraron una pistola. Una verdadera pieza de museo, sin balas. El hombre, acostumbrado a estar al lado de la ley, terminó detenido, subido a una patrulla de Carabineros, esposado y trasladado a Punta Arenas para, al día siguiente, enfrentar la audiencia de formalización de cargos por el delito de “porte ilegal de arma de fuego”.
Después de enviudar, perder posteriormente a su madre, a una hermana y a “Copo”, el ovejero belga que lo acompañó por 17 años, decidió tomar su camioneta Toyota, salir de Buenos Aires, y realizar un largo viaje.
Pensó en llegar a Cabo Vírgenes, en la provincia argentina de Santa Cruz, y de ahí seguir a Punta Arenas, para posteriormente emprender el regreso por la costa argentina, hasta su natal capital federal, “porque si me llega a suceder otra cosa, prefiero que sea en mi país”.
La pistola es un regalo de su suegro, de hace décadas. Jamás imaginó que la tenencia le jugaría una mala pasada.
Por fin ayer superó el litigio judicial, que a partir de ahora guardará sólo como un recuerdo: malo o bueno, depende de él.
Lo importante es que hoy se subirá a la camioneta y retomará el largo viaje que, según el mismo, “se truncó por una estupidez”.
“Una pesadilla”
“Más que una experiencia esto fue una pesadilla”, afirmó a La Prensa Austral ayer, cuando se retiraba del Centro de Justicia de calle Carrera.
No obstante, dejó públicos agradecimientos a los funcionarios de Aduanas, Carabineros y del Juzgado de Garantía por el trato recibido.
Entiende que ser esposado y pasar una noche en el calabozo responde a protocolos que son aplicables a cualquier imputado. “La verdad es que me tocó conocer el otro lado de la justicia, por 55 años estuve siempre al lado de los que defienden, pero nunca pasé por lo que vivieron tantos que en su momento tuve que defender”.
A partir de hoy espera dar vuelta la página. Pero si hay algo a lo que no va a renunciar, es a terminar el periplo que diseñó cuando soñó con realizar el largo viaje. Aún le quedan 4.500 kilómetros por recorrer.
Como anécdota contó sonriendo que se hizo conocido con la publicación de su caso. “Esta mañana (ayer) cuando tomó un taxi para venir al tribunal, el chofer me dice usted es el abogado de la pistola”.
En un mes espera estar de vuelta en Buenos Aires, donde lo esperan sus dos hijos: Iván Gancedo, abogado y cantante lírico. Y el otro es Alejo Gancedo médico veterinario y entrenador de caballos de carrera.
“Aunque sea en un diario de vida espero escribir mi viaje y todo lo que me pasó”, subrayó en la despedida.