Carreras clandestinas: un paso adelante

El sonido estridente de los roncadores y el rugir de motores a altas horas de la noche han sido, por demasiado tiempo, parte de la rutina en algunos sectores de Punta Arenas. Este problema no sólo representa una amenaza para la seguridad vial, sino que también perturba la tranquilidad de las familias, afectando de manera especial a las personas mayores y aquellas con condiciones de salud que requieren un entorno más sereno.  

La reciente acción conjunta entre el Ministerio Público, Carabineros y otras instituciones ha dado un paso adelante en el combate a este problema. La mesa de trabajo intersectorial, impulsada para abordar el fenómeno de las carreras clandestinas y la conducción temeraria, ha demostrado que con voluntad política y coordinación se pueden lograr avances significativos.  

La investigación abierta por el Fiscal Regional y las amplias facultades otorgadas a Carabineros han permitido la incautación de diez vehículos vinculados a estos delitos, un gesto contundente que envía un mensaje claro a los infractores: la impunidad no será tolerada. La posibilidad de rematar estos automóviles refuerza el castigo económico a quienes eligen desafiar la ley y también abre una oportunidad para generar recursos que podrían reinvertirse en campañas de educación vial y prevención.  

El impacto positivo de estas acciones no debe subestimarse. Recuperar la paz y la seguridad en las calles de Punta Arenas es una tarea urgente y necesaria, especialmente para los sectores más vulnerables de nuestra comunidad. Sin embargo, también es crucial que esta labor no se limite a medidas punitivas. Es necesario complementar estas acciones con un esfuerzo educativo que sensibilice a los conductores, en especial a los jóvenes, sobre los riesgos de estas prácticas y las graves consecuencias que pueden tener.  

Por otro lado, se requiere del compromiso ciudadano. Las denuncias y el apoyo comunitario son herramientas indispensables para que las autoridades puedan actuar con mayor eficacia. La seguridad y el bienestar de Punta Arenas no es responsabilidad exclusiva de las instituciones; todos debemos ser parte de la solución.  

Es alentador que esta iniciativa ya esté dando frutos, pero no debemos conformarnos. El camino hacia una ciudad más segura y tranquila requiere persistencia y trabajo continuo. Confiamos en que, durante este año, las autoridades mantendrán y fortalecerán este esfuerzo, demostrando que el compromiso intersectorial puede marcar una diferencia real en la calidad de vida de los puntarenenses.  

La esperanza de recuperar nuestras calles como espacios de convivencia y respeto está al alcance. Ahora, más que nunca, es momento de seguir avanzando.