Balón de los Boston Celtics, ganador de la NBA, fue donado a la Escuela del Club de Leones Cruz del Sur

En un encuentro celebrado en el Centro de Rehabilitación de Punta Arenas, el Club de Leones Cruz del Sur realizó la entrega oficial de un valioso balón de baloncesto a la Escuela Especial. Proveniente de los Boston Celtics, uno de los equipos más icónicos de la NBA y campeones de la temporada 2024, este balón no es sólo un símbolo del máximo nivel deportivo, sino que lleva consigo una rica historia que conecta a la ciudad con las grandes ligas del baloncesto mundial. Firmado por el entrenador Joseph “Joe” Mazzulla y el gerente general Brad Stevens, ahora ocupará un lugar destacado en la escuela y el Centro de Rehabilitación, como un emblema de esperanza e inspiración para la comunidad.

En la oportunidad los representantes del Club Sokol entregaron dos libros de la historia de los cien años del equipo, uno de los cuales, será enviado al equipo norteamericano.

La conexión entre Punta Arenas y los Boston Celtics tiene raíces en la historia familiar del entrenador Joe Mazzulla, cuyo padre, Daniel “Dan” Mazzulla (Q.E.P.D.), dejó una profunda huella en el deporte local durante los años ‘80. Dan Mazzulla fue un destacado jugador del Club Deportivo Sokol, donde lideró al equipo a obtener importantes logros, incluyendo el subcampeonato en el prestigioso torneo nacional organizado por Malta Morenita. Su llegada a Punta Arenas, junto con su compañero Gregory Fisher, marcó un hito en el baloncesto regional, atrayendo la atención hacia una liga local que en ese entonces destacaba por su calidad competitiva y la diversidad de talentos internacionales.

Antonio Ríspoli Giner, exentrenador del Sokol, compartió recuerdos de aquella época: “Vivieron en la casa de Lorenzo Marusic, compartieron con nuestra gente y se integraron plenamente a nuestra comunidad. Fue un tiempo inolvidable para todos nosotros, tanto dentro como fuera de la cancha”. Según Ríspoli, estos jugadores no sólo contribuyeron al rendimiento del equipo, sino también a elevar el nivel de los torneos locales, enfrentándose a equipos reforzados por jugadores panameños y argentinos que enriquecían la competencia.

La entrega del balón al Centro de Rehabilitación fue posible gracias a la iniciativa de Sebastián Vera Meneses, un ciudadano comprometido con las Jornadas por la Rehabilitación, quien se conmovió al descubrir el vínculo entre Joe Mazzulla y la ciudad. “Cuando supe que el padre del actual entrenador de los Celtics había jugado en Sokol, me pareció una conexión increíble. Decidí escribirle directamente a Joe para pedirle una camiseta firmada, pensando en subastarla para apoyar las Jornadas. Su respuesta fue más generosa de lo que imaginé: me enviaron un balón oficial firmado por él y por el gerente general del equipo, Brad Stevens”, relató Vera.

Presidente del
Club de Leones

Aunque el balón llegó después de las Jornadas de Rehabilitación 2024, su entrega se transformó en un acto lleno de simbolismo. Alejandro Vásquez, presidente del Club de Leones, destacó que este gesto representa más que un objeto valioso: “Es una puerta hacia nuevos sueños. Nos demuestra que el esfuerzo y la solidaridad pueden derribar cualquier frontera. Esperamos que este balón inspire a los niños y jóvenes que luchan por superar sus propios desafíos aquí, en el Centro de Rehabilitación”.

Será exhibido en un lugar especial del Centro de Rehabilitación, no sólo como un homenaje a la conexión histórica entre Punta Arenas y el baloncesto de élite, sino como un estímulo para los usuarios del centro. “Creemos que los chicos, especialmente aquellos que participan en las actividades deportivas y educacionales, verán en este balón un símbolo de motivación. Es una forma de mostrarles que los sueños no tienen límites”, apuntó Vásquez.

La historia detrás de este balón es, en esencia, la historia de cómo los lazos familiares, el deporte y la solidaridad pueden trascender fronteras y unir generaciones. Desde los triunfos de Dan Mazzulla en las canchas de Punta Arenas hasta el liderazgo de su hijo Joe en la NBA, esta conexión simboliza el poder de las raíces compartidas y el impacto de las pequeñas acciones en el ámbito global. En el Centro de Rehabilitación, este símbolo ahora contará una historia, una que recuerda que el esfuerzo colectivo puede marcar la diferencia y que los sueños, por más lejanos que parezcan, siempre pueden alcanzarse.