Somos del ‘60

Los que nacimos en ese bisiesto 1960 ya llegamos al 2025 con 65 años a cuesta, somos los que fuimos cuarentones el 2000 y a los 15 años hacíamos nuestras fiestas de juventud a las tres de la tarde por el toque de queda impuesto por la dictadura. El “Brilla el sol de nuestras juventudes” de “La Patria Joven” del Presidente Eduardo Frei Montalva, resonaba en nuestra temprana infancia, para luego dar paso a la “Vía Chilena al Socialismo” del Presidente Salvador Allende Gossens. En 1973 nos sorprendió el golpe de estado cívico militar y un gobierno que se prolongó durante 17 años, hasta 1990 cuando se recupera la democracia. Son más de seis décadas en las cuales hemos sido protagonistas y espectadores, pero si hubiera que elegir, muchos de nosotros probablemente nos quedaríamos con la década de 1960. 

La importancia que esta década ha tenido para la humanidad ya nadie la discute, y los que escriben la historia lo confirman al referirse profusamente a ella en sus aspectos científicos, sociales, económicos y políticos. 

Nosotros aprendimos a leer con el diario Clarín (“Firme junto al pueblo”) la revista Billiken y el semanario Estadio. Nosotros supimos de música, cine y televisión por la revista “Ritmo”, y nos enamoramos de Yasna Carrión cuando fue elegida “Miss Ritmo 1967”. Nosotros imitábamos a Raphael y a Yaco Monti, y soñábamos con darle a la pelota como le daba Leonel. Nosotros escuchábamos las noticias en el “Correo de Minería” o “El Reporter Esso”, y la actualidad local en el noticiero “Impactos” y “Los comentarios del hombre de la calle”. 

En esos momentos tal vez no dimensionábamos la importancia de muchos de los sucesos acontecidos en ese decenio; música y deporte -en especial, fútbol- decoraban nuestras existencias. Favio, Julio Iglesias, Piero, Serrat, Cecilia, Gloria Simonetti, Gloria Benavides, Leo Dan, el “Pollo” Fuentes, Sandro, Raphael, Yaco Monti eran algunos de nuestros ídolos. Todos ellos con colecciones de éxitos. Ya que estamos recordando, siempre estuvieron aquellos artistas que tuvieron uno o muy pocos hits, pero que les bastó para arrasar. Un ejemplo fue el argentino Luis Grillo que cantaba “Te has equivocado” (“Te has equivocado yo no estoy llorando, es tan sólo lluvia que cae sobre mí…”). Otro argentino que barrió fue Pepito Pérez con “El mimoso” (“…de quien es esa boquita, tuyita, tuyita, de quien es esa guatita, tuyita, tuyita, de quien ese Iunarcito, tuyito, tuyito…). Fuimos testigos del nacimiento del movimiento de la “Balada Electrónica”, que desde la ciudad de San Carlos se proyectó a toda Latinoamérica, cuando cinco muchachos de esa localidad cercana a Chillán ocuparon lugares de privilegio, se trataba de “Los Angeles negros”. También escuchamos los estrenos en la radio de las canciones de Los Beatles y recibiríamos además el influjo de la Nueva Canción Chilena, el Soul y el Rock a partir del mítico Festival de Woodstock, realizado desde el 15 al 18 de agosto de 1969 en Bethel, Nueva York.

La crónica deportiva daba cuenta de los triunfos de la Universidad de Chile, sin duda el mítico “ Ballet Azul” guapeó en la década con cuatro títulos. Le siguieron Colo-Colo con tres estrellas, Universidad Católica con dos y los inolvidables “Panzers” de Santiago Wanderers con una. El goleador indiscutido del período fue Carlos Campos, cabeceador de lujo que jugó toda su vida en la “U”. Por otra parte, el recordado Godfrey Stevens se alistaba para disputar el título mundial de boxeo con el japonés Sosho Saijo.

Nuestra Selección de Fútbol ocupó el tercer lugar en el Mundial organizado en Chile en 1962, en tanto, en la justa celebrada en 1966 en Inglaterra fue eliminada en fase de grupos.  

Tiempos idos: ¿mejores? puede ser, porque los recuerdos tienen esa magia de limar las asperezas del alma; “los recuerdos saben cruzar el mar de a pie” como dice un tango.

Y aquí estamos los veteranos del 60 añorando esos días mágicos. Ya no habrá otro Leonel Sánchez ni otro Yaco Monti, ni reina más linda que Yasna Carrión. Aquí estamos felices; felices porque llegamos al “futuro” que vislumbrábamos hace cinco décadas. Aquí estamos con nuestras canas, afectos y sueños, todavía cantando aquello que nos enseñaron “Los Iracundos”: “…natural es que luchemos por un mundo mejor, con la fuerza que nos da… la juventud, pa-pa-pa…la juventud…”.