Ningún estamento del Estado reaccionó a denuncia pública de presunta contaminación en el cordón Baquedano

• Tambores plásticos llenos de muestras de tierra, ripio y óxidos o elementos químicos desconocidos fueron retirados por un particular, desconociéndose el destino del contenido de las vasijas.

Ningún estamento del Estado, ni tampoco la unidad de Medio Ambiente de la Municipalidad de Porvenir, reaccionó a la denuncia pública que realizó un turista que ascendió con su vehículo 4×4 al cordón Baquedano, para conocer las históricas dragas auríferas que reposan allí, donde se topó con un “lunar de contaminación” consistente en decenas de tambores plásticos de 20 litros llenos de muestras de tierra, ripio y lo que describió como óxidos o elementos químicos desconocidos. Aunque en la edición pasada de Fueguinas dimos cuenta del hallazgo, para que alguna institución oficial (Salud, seremi de Minería, Sernageomin, etc.) analizara el contenido de los baldes, la inacción de los entes estatales fue patente.

De hecho, fue un particular quien recogió todos los envases con su contenido y no se sabe bien si los arrojó en algún lugar del mismo cordón Baquedano, o los trajo a Porvenir con lo que tenían y los vació en el vertedero, al mar u otro terreno, pero luego los baldes los ofreció en facebook vacíos (y sin limpiar) a un valor de mil pesos cada uno. Fue el pequeño empresario minero Carlos Soto quien nos envió fotografías del lugar donde permanecieron los baldes por dos años, señalando que fueron retirados, aunque no se divisa en las imágenes el vaciado de su contenido.

Probable origen
del hallazgo

En averiguaciones con ganaderos del sector, se conoció que las muestras fueron dejadas por un profesional de una universidad, que hace un par de años inició un proyecto de análisis de suelo financiado por Corfo, que pretendía ilustrar a los mineros artesanales dónde era más factible que su extracción aurífera fuera más exitosa. Este personaje, no obstante, luego abandonó la iniciativa pagada por el Estado y nunca le entregó los antecedentes a sus beneficiarios.

Por lo anterior, los mineros de Baquedano se sienten hoy molestos con esa persona, ya que lo ayudaron en su programa pero él no correspondió a sus esfuerzos y dejó abandonadas las muestras, que en algunos casos contendrían químicos, entre ellos factiblemente mercurio, que es altamente contaminante. Aún más, se sabe que más tarde el responsable de la iniciativa tomó contacto con el minero canadiense a gran escala, Daniel Johnson, tras dejar éste la actividad en el sector, cuando se comenzó a aplicar la Ley de Royalty Minero.

La idea del sujeto era tratar de comprar o arrendar las pertenencias mineras del empresario canadiense y otras, que en su análisis corresponderían al suelo más productivo para extraer el oro de 24 kilates del cordón fueguino.