“Interestelar” Re-estreno : Todo pasa y todo queda
Por Guillermo Muñoz Mieres,
periodista
Estados Unidos, 2014
Director: Christopher Nolan
Protagonistas: Matthew Mc Counaghey, Anne Hathaway, Jessica Chastain, Michael Caine
En cine Star de Punta Arenas y plataforma Disney
“Interestelar”, aquella cinta de ciencia ficción se reestrena 10 años después en las salas de cine, cuando en aquel momento nadie imaginaba que una pandemia se cruzaría en nuestras vidas, obligándonos a un encierro mundial, donde las pantallas y sus plataformas sirvieron de consuelo o compañía y por allí un leve sentimiento de que quizás la película podía tener algo de razón.
El reestreno llega a lo grande, porque 10 años es todavía muy poco tiempo para tanta alfombra roja y adulación, pero el negocio del cine busca siempre salir adelante y con este modelos de los reestrenos, que estaba acotado muchas veces más a las salas de cine –arte, lo ha hecho suyo para aumentar sus franquicias aunque sea en un porcentaje de utilidad mínima donde todo ayuda y con “Interestelar” le ha resultado porque el público en Chile ha sentido el llamado para volver a verla y Punta Arenas no ha sido la excepción porque ya lleva dos semanas en cartelera.
El ex piloto, ingeniero y ahora granjero, Cooper, viudo, padre de dos hijos que vive junto a su suegro sumido en el esfuerzo de cultivar alimentos para sobrevivir en un planeta asediado por la sequía, la asfixia y el desamparo, también ha sentido un llamado, pero que proviene de una señal ambigua que puede ser el efecto de la naturaleza o, menos científico, un fantasma que su hija dice la acosa de forma diaria. Y entonces Cooper llega hasta una base científica clandestina de la ex NASA donde un grupo de científicos también han recibido otro llamado, pero ahora quizás extraterrestre, o simplemente de “ellos”, con una especie de agujero que permite el paso inmediato a otra galaxia y donde podría estar la salida al apocalipsis del planeta Tierra. Cooper acepta ser líder de una tripulación que atraviese este umbral y entonces el relato se divide en dos, su odisea espacial y la de sus hijos, donde las decisiones que él toma en nombre de la misión los separa cada vez más de ellos, porque lo que para la tripulación son minutos para los terrestres son años. Y aquí aparece uno de los temas predilectos del realizador Christopher Nolan, la relatividad del tiempo, el mismo de “El Origen” (2010) a través de la manipulación de los sueños o de “Memento” (2000) con un protagonista que debe resolver un crimen con lo que alcanza a recordar porque su memoria se borra tras unos minutos. Y por eso también en su cine está la presencia del histórico científico Albert Einstein, sea en la misma “Interestelar” con el despliegue “express” de su teoría de la relatividad, o en “Oppenheimer” (2023) con la advertencia de pocos segundos de un Einstein al creador de la bomba sobre sus efectos en el mundo, pero ojo!, también puede ser la admiración de Nolan por “el genio” y con esto alcanza a su obra maestra hasta ahora “Batman, el Caballero de la noche” (2008) con un villano llamado el Guasón que, como la bomba que cayó sobre Hiroshima, lo quiere ver arder todo.
“Interestelar” es una obra de ciencia ficción que como buena obra de ciencia ficción es más simple de lo que se cree. No tiene la complejidad de “2001, Odisea del espacio” (1968) de Stanley Kubrick ni tampoco de “Blade Runner”(1982) de Ridley Scott, quizás las dos obras fundamentales del género, porque su anécdota es más popular y puede ser, sacándole los datos de física cuántica, la odisea de Cristóbal Colón llegando a lo que sería América o, más cercana, la del navegante portugués Hernando de Magallanes atravesando nuestra complicada geografía austral, trasladada al espacio y agregando la de sus familias ante la resignación del sacrificio por encontrar nuevos rumbos en “beneficio de la humanidad”.
Así y todo, “Interestelar” se sigue disfrutando como una aventura espacial, pero ello se puede también lograr desde las plataformas de streaming. Y entonces el acto de ir a verla en vivo y en directo desde la pantalla gigante de una sala de cine puede ser simplemente un acto de nostalgia o de autoconvencimiento que, a diferencia de la película, el tiempo en realidad nunca ha pasado.