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La pandemia como factor decisivo: el boom de las ferreterías en Punta Arenas

Domingo 19 de Enero del 2025

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Lucas Ulloa Intveen

 

Víctor Aguilar compró el inmueble donde tiene su ferretería en 1989 y desde ese entonces que se desempeña en el rubro. Se especializó en pernería y apuntó siempre a la pesca artesanal como sus principales clientes, lo que ha logrado y así ha establecido cercanas relaciones con muchos de ellos. El representa al ferretero antiguo y ha podido observar como en las sucesivas décadas se han multiplicado los locales de su tipo, viendo un exponencial aumento en los últimos años.

“El 90% de las cosas que yo tengo son de pernería. Me dedico al acero inoxidable. Lo más importante es que yo trabajo mucho con los pescadores, ellos ocupan mucho lo que es el galvanizado para las embarcaciones”, relata Víctor Aguilar desde su ferretería que queda en toda la esquina de Frei con General Juan Salvo. Su elección apuntó a que, a su juicio, es un rubro “oneroso, pero también puedes seleccionar a tus clientes”. Así, tiene una clientela que abarca las provincias de Última Esperanza, Magallanes y Cabo de Hornos. Sin embargo, aclara que, si alguien va a preguntar por un elastón o un pegamento, él no tiene.

Cruzando Frei y caminando unos 100 metros más allá está Roberto Fermantel Riquelme, con la Ferretería R & G, que lleva las iniciales de él y su esposa. Están ubicados ahí desde el 2019, un poco antes de que empezara la pandemia. Para Roberto, tener una ferretería era uno de sus sueños de niño, lo que a su vez lo impulsó a estudiar ingeniería mecánica.

“Me dedico a la mecánica, pero en paralelo a eso tengo el negocio. Por eso, igual tiene una tendencia hacia la parte automotriz, complementando con lubricantes, pistos o bujes que es lo que yo más domino”, sostiene Roberto. El área de repuestos requiere una inversión inicial muy grande, por lo que esa idea la descartó en un comienzo. La variedad de productos de su tienda lo lleva a tener una clientela heterogénea.

“Acá se ve de todo. Desde la persona que viene a comprar un tornillo hasta las personas que andan buscando materiales de construcción o las que vienen exclusivamente por lubricantes, temas automotrices como ampolletas, bujías o accesorios”, describe sobre la clientela de la Ferretería R & G.

Igualmente por Frei, una calle que alberga numerosos locales del rubro, a la altura de la numeración 386, se encuentra la Ferretería Omega. “Partimos en septiembre del 2022, con el objetivo de enfocarnos al rubro más naval, apoyando la pesca artesanal. Había una necesidad de agrupar todo en solo local para la embarcación”, señala Luis Hernández Vargas, administrador del local. 

“El barrio es popular y tiene mucha gente de edad, entonces los clientes están como acostumbrados a las ferreterías de barrio”, observa Vargas. 

Ubicado en avenida Salvador Allende 390, la Ferretería Mic logró consolidarse en el sector, abriendo una segunda tienda a principios de este año. Llevan sólo tres años funcionando, inició como un complemento para una empresa constructora y al finalizar ese trabajo continuaron como una ferretería más para Punta Arenas.

“Fuimos mejorando en el tema de la atención. Vimos que había una falencia en ese sentido, en la modernidad de la ferretería. Nosotros quisimos hacer una ferretería más moderna, amigable con la gente, con un sistema de numeración digital. Si te fijas, todo el proceso se hace en la misma caja, no tenemos una diferenciada, lo que lo hace más agradable para el cliente”, comenta el gerente del local, Roberto Pereira.

El boom en pandemia

De las cuatro ferreterías recorridas, tres de ellas nacieron alrededor de los años de pandemia. Todos aseguran que esta situación de emergencia mundial jugó un factor clave en el rubro: mucha gente encerrada en sus casas, tiempo libre y, en el caso de Chile, la posibilidad de acceder a dinero a través de los retiros de las AFP. Esto llevó a que muchos decidieran invertir en sus hogares, mientras que otros vieron la oportunidad de consolidar así sus negocios.

“El boom se dio principalmente por el tema de la pandemia. Hubo muchos rubros que en ese minuto no podían trabajar, no había manera de hacerlo. Y las ferreterías pudieron permanecer abiertas durante el periodo de la pandemia. Yo creo que de ahí viene el boom, muchos aprovecharon esa ocasión para levantar negocios. En la pandemia se vendía muchísimo, era común tener filas de personas esperando”, relata Roberto Fermantel.

A juicio de Fermantel, esto también se daba porque en aquellos años de encierro por el Covid-19, las ferreterías tenían “de todo”. “Todo lo que tú tuvieras se vendía. Nosotros incluso llegamos a tener cosas de librería, todo era buscado y las cosas eran de difícil acceso en ese minuto, más que nada por las restricciones de movilidad”, continuó Fermantel, lo que llevó a transformar a las ferreterías en una especie de proveedores misceláneos.

Para Roberto Pereira, pese a haber iniciado el negocio finalizando la pandemia, este fue un punto de inflexión para el rubro. “Pasó igual con los minimarkets, porque la gente no podía salir de sus casas. Entonces se evitaban el tema del permiso e iban a la casa de al lado, una cuadra más allá y podían comprar. Con la ferretería era lo mismo y el boom fue con el tema de la plata que le llegó a la gente (…) Muchos lo aprovecharon para remodelar sus casas, invertir en su hogar y hacer reparaciones”.

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