La responsabilidad social y ambiental como tarea pendiente
En los últimos días, dos situaciones críticas han puesto de manifiesto la importancia de asumir responsabilidades colectivas: el cierre de la Encuesta Casen en Magallanes y el reciente ataque de perros a fauna protegida en el Humedal Tres Puentes. Aunque parecen hechos distantes, ambos revelan la necesidad de un compromiso más firme hacia el bienestar social y ambiental.
La Encuesta Casen, con un 96% de avance en la región, es clave para identificar la realidad socioeconómica de los hogares y diseñar políticas públicas inclusivas. Este esfuerzo, respaldado por décadas de trabajo, destaca la relevancia de la participación ciudadana para construir un futuro más equitativo. Sin embargo, el llamado del seremi de Desarrollo Social y Familia a completar el proceso refleja una preocupación recurrente: la falta de involucramiento de algunos sectores. La colaboración activa de las familias seleccionadas no solo garantiza datos más precisos, sino que también fortalece el tejido social necesario para enfrentar desafíos compartidos.
Por otro lado, el Humedal Tres Puentes, un espacio vital para la biodiversidad de Punta Arenas, enfrenta un grave problema debido a la irresponsabilidad en la tenencia de mascotas. El reciente ataque de perros a un canquén, especie en estado vulnerable, no solo evidencia el deterioro de los ecosistemas urbanos, sino también la falta de fiscalización efectiva y conciencia ciudadana. A pesar de contar con ordenanzas que permiten sancionar a los dueños negligentes, el humedal sigue expuesto por la coexistencia de áreas fiscales y privadas, donde la protección queda en un limbo legal.
Ambos casos dejan en claro que la acción gubernamental es solo parte de la solución. Sin la participación activa y comprometida de la ciudadanía, cualquier esfuerzo se verá limitado. La Encuesta Casen y el cuidado de nuestros humedales requieren no sólo cumplir con nuestras obligaciones como individuos, sino también repensar nuestro rol en la construcción de comunidades sostenibles.
Si queremos un Magallanes más equitativo y un medio ambiente más protegido, la tarea no recae únicamente en las instituciones, sino en cada uno de nosotros. La responsabilidad social y ambiental no puede seguir siendo una tarea pendiente.