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Los grandes de la música en Magallanes (2) Voces de Martinguerá

Por Marino Muñoz Aguero Domingo 2 de Febrero del 2025

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En 1971 surgen en Punta Arenas dos grupos folclóricos que dejarían huella. Ambos nacen a partir del conjunto Voces de Martinguerá, cuyo líder era Raúl Agüero, nuestro amigo y vecino de la población Fitz Roy. Agüero formaría Yamá—agrupación aún vigente y considerada como una de las mejores de Magallanes por su calidad vocal e instrumental. Con su formación original grabaron cinco canciones para IRT en 1974, pero no fueron publicadas en disco. En 1979, con su segunda formación, editan un single para el sello SYM.
El otro conjunto derivado de Voces de Martinguerá fue Rocamalú, que se distinguía por sus característicos arreglos vocales, muy en el estilo de los grupos argentinos. Dirigidos por Orlando Olavarría, grabaron en 1976 un LP para el sello Philips, producción que fue un éxito de ventas a nivel local. Rocamalú se disolvió a principios de los ’80.

La “Sala de Música”

Con la dirección de Leopoldo Romero, la llamada “Sala de Música” del Liceo Salesiano San José fue un semillero de agrupaciones musicales.
De estos grupos, el que llegó más lejos fue Patagonia 4, que surgió en 1972 inicialmente dirigidos por Romero. En 1975, fueron al norte del país, invitados al show del Festival de Viña del Mar y a la televisión, y ganaron el VII Festival Folclórico de la Patagonia con “Cuatrero”, composición de su propia autoría. Ese mismo año graban su primer LP con la producción del empresario Enrique Sánchez. En 1976, actúan en el Festival de Cosquín, Argentina, y luego en Buenos Aires. Ganan el Laurel de Oro del diario La Tercera (equivalente al Apes actual) y graban su segundo álbum con el auspicio de la Fundación Patagónica del Folclore. En 1979, registran su último LP, esta vez para RCA Víctor. Todas las grabaciones las hicieron con su formación histórica: Jorge Sharp, Miguel Soto, Héctor Sepúlveda, Francisco Cresp y Víctor Alarcón (Q.E.P.D.).
Otro conjunto del San José que tuvo alguna repercusión fue América Sur, que también estuvo en Cosquín. Su formación histórica fue: Luis Santana, Enrique Díaz, René Aguilar, Fernando Gómez (Q.E.P.D.) y Sergio Gómez (Q.E.P.D.).
Más allá de los reencuentros esporádicos de estos grupos, es importante señalar a quienes siguieron destacándose en el plano musical. Sergio Gómez y René Aguilar lo hicieron en Buenos Aires y luego en Europa en el plano de la música clásica. Víctor Alarcón desarrolló una brillante carrera académica y de dirección coral en Santiago; lo propio hizo Jorge Sharp con el Coro Catedral, agrupación con la cual ha hecho giras por Europa, además de su labor en la organización y dirección de grandes producciones, como fue la presentación en nuestra ciudad de “El Mesías” de Händel hace algunos años.

El “Canto a Magallanes”

En 1974 nace Alturas, cuya trascendencia está ligada al “Canto a Magallanes”, creación colectiva con textos de Fernando Ferrer Fernández, y que es la obra histórico-musical más importante dedicada a la región, en un estilo que se aleja de lo estrictamente folclórico. Se estrenó en 1976 en Punta Arenas y Santiago con el apoyo de la sede local de la entonces Universidad Técnica del Estado. En 1977, va al disco (doble LP) con la producción de Enrique Sánchez. La formación del Taller Alturas para el “Canto a Magallanes” fue: Miguel Palma, José Palma, Renato Mora y Eduardo Manzanares, quienes eran la base del grupo. A ellos se agregan: Rolando Arancibia, Daslav Ursic, Néstor Castro, Eduardo Castro y Fernando Ferrer en el relato. De los nombrados, sobreviven Miguel Palma, José Palma y Daslav Ursic.
Tuvimos la suerte de asistir al estreno de esta obra, que fue un espectáculo musical y visual. Al respecto, reproducimos un fragmento del comentario que, con fecha 16 de diciembre de 1976, publicara en La Prensa Austral, Almagro Santander (seudónimo de Marino Muñoz Lagos):
“Mientras el autor da lectura a ciertos trozos cronológicos de su relato, el Grupo Alturas sirve de nervio central, dándonos, junto al pequeño Coro de la Sede de la Universidad Técnica del Estado, en pocas voces, una vibración de multitudes que el canto mismo requiere y que prodiga seguridad y desplante en sus interpretaciones. Enemigos de citar nombres, destacamos la calidad de Néstor Castro en sus oportunas ejecuciones en percusión, que arranca prolongados y espontáneos aplausos de la concurrencia”.
En 1981, Alturas estrena y lleva al disco “El Pionero”, otra obra conceptual. En 2001, ganan el Festival de la Patagonia con “Noche de dos”. Con cambios en su formación, se han mantenido vigentes hasta la fecha, a través de presentaciones y registros discográficos.

Continuará…

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