Emprendedora magallánica conquista reconocimiento nacional
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Con más de una década dedicada al arte del telar, la experta ha sabido plasmar la esencia del campo magallánico en cada una de sus creaciones.
Con más de una década dedicada al arte del telar, Mónica Faúndez Vera no sólo ha plasmado la esencia del campo magallánico en cada una de sus piezas, sino que ahora su trabajo tiene un sello oficial: ha sido incorporada al Registro Nacional de Artesanos, a través de Chile Artesanía, el único sistema que acredita formalmente a los artesanos en el país.
Este hito marca un antes y un después en la trayectoria de Mónica Faúndez, quien fue contactada por la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, mientras se encontraba en Santiago por motivos médicos. “Siempre supe que existía el Registro, pero nunca intenté postularme. Fue una sorpresa cuando me llamaron para invitarme a participar. Me enviaron toda la información necesaria, y aunque no tenía conmigo algunas de las fotografías que quería incluir, decidí intentarlo. Hoy me alegra haber tomado esa decisión”, relata.
El proceso de postulación, que incluía detallar su trabajo, materiales, procesos de producción y adjuntar imágenes de sus piezas y de ella misma trabajando, culminó en diciembre con la noticia de que había sido seleccionada. Para Mónica, este reconocimiento va más allá de un título formal: “Es un homenaje a mi trabajo, un sello de autenticidad para mis productos y una validación de la identidad que busco transmitir en cada pieza. Que un jurado experto haya evaluado y reconocido mi labor es un orgullo inmenso”.
El arte como reflejo
de la identidad
magallánica
Desde hace doce años, Mónica encontró en el telar una manera de rendir tributo a los paisajes y vivencias del campo magallánico, que marcaron su vida en el sector de Agua Fresca, al sur de Punta Arenas. “Crecí rodeada de ovejas, caballos, árboles torcidos por el viento. Todo eso me inspira. En mis telares busco reflejar el campo magallánico tal como lo siento y lo vivo”, explica con emoción.
Su proceso creativo comienza con la elección y corte de la madera para los marcos, que ella misma elabora, seguido del diseño de las piezas y el teñido manual de las lanas. Cada obra, desde grandes telares hasta los demandados tapavientos, es única, hecha a mano con una dedicación que se percibe en cada detalle.