Necrológicas

La deuda educativa con los adultos mayores en Magallanes

Por La Prensa Austral Miércoles 5 de Febrero del 2025

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El analfabetismo y la deserción escolar continúan siendo una deuda pendiente en Magallanes, especialmente para la población mayor. A pesar de los avances en educación y el aumento de la cobertura escolar, aún existen más de tres mil personas en la zona que no saben leer ni escribir, y más de 40 mil que no han completado su educación media. Estas cifras, extraídas de la Encuesta Casen 2022, reflejan una realidad preocupante que no puede seguir siendo ignorada.

La falta de acceso a la educación impacta de manera desproporcionada a las mujeres y adultos mayores, perpetuando la brecha de oportunidades y el aislamiento social. En Chile, la escolaridad promedio de las personas entre 50 y 59 años es de 11,2 años, pero en quienes tienen 80 años o más se reduce a sólo 6,8 años. Peor aún, el analfabetismo en este último grupo etario alcanza un alarmante 13,8%, una cifra que expone la exclusión histórica de este segmento poblacional del sistema educativo.

La situación se agrava en las zonas rurales, donde la falta de infraestructura y recursos educativos se traduce en tasas aún más elevadas de analfabetismo: el 15,4% de las personas mayores de 60 años no sabe leer ni escribir, frente al 5,7% en zonas urbanas. Este escenario pone en evidencia la necesidad urgente de fortalecer la enseñanza para adultos en la región.

Este panorama se complejiza al momento de hablar de otro tipo de analfabetismo y/o rezago: el digital. Las personas mayores están quedando desplazadas de esta nueva forma de comunicarse usando redes sociales y de realizar tareas de forma eficiente y eficaz en entornos mediados por la tecnología. Ello resta oportunidades de aprender, realizar trámites y acceder a servicios y también de entretenerse. Las tecnologías digitales se han convertido en una herramienta clave para garantizar la educación como un derecho humano básico.

Si bien es cierto que programas como la Educación para Personas Jóvenes y Adultas (EPJA) han crecido significativamente, con un aumento del 364% en su matrícula en los últimos 12 años, esto no es suficiente. Es fundamental que el Estado y las instituciones educativas redoblen sus esfuerzos para garantizar que las personas mayores puedan acceder a una educación de calidad, sin restricciones económicas ni tecnológicas que dificulten su aprendizaje.

El crecimiento de las matrículas en educación superior para mayores de 50 años, que pasó de 10.494 en 2013 a 26.952 en 2024, es una señal alentadora. Sin embargo, persisten barreras que van desde la adaptación a nuevas metodologías de enseñanza hasta el costo de los programas. Es imperativo que las universidades y centros de formación técnica diseñen estrategias inclusivas y asequibles para tal segmento etareo.

El Liceo Sara Braun, uno de los establecimientos que ofrecen educación para adultos en Magallanes, representa una esperanza en este panorama. No obstante, es necesario que más instituciones sigan su ejemplo y que el sistema educativo en su conjunto asuma el desafío de erradicar el analfabetismo en los adultos mayores. La educación es un derecho que no caduca con la edad, y garantizar su acceso es una tarea que no puede seguir postergándose.

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