Municipio de Punta Arenas remató 209 vehículos abandonados y buses amarillos
En una nueva jornada de remates, la municipalidad de Punta Arenas adjudicó la subasta de 209 vehículos abandonados y ocho buses dados de baja. Esta iniciativa busca despejar el Corral Municipal y garantizar el correcto reciclaje de los bienes, evitando su acumulación en la ciudad.
El remate se realizó en la Sala de Concejo Municipal, bajo la dirección del tesorero municipal, quien actuó como martillero. Participaron tres empresas interesadas, pero sólo una cumplió con los requisitos exigidos en las bases del proceso y se adjudicó el lote completo. La firma contará con un plazo de 30 días para retirar los vehículos subastados, incluidos los buses que estaban depositados en terrenos facilitados por Carabineros.
Sergio Oyarzo, director de Inspecciones del municipio, explicó que el proceso se inició en noviembre del año pasado. “La ley exige una serie de requisitos, entre ellos la publicación de un decreto en el Diario Oficial por 30 días. Durante ese periodo, un propietario reclamó su vehículo y fue retirado del proceso. Luego, se dictó un nuevo decreto para disponer la subasta del resto de los vehículos acumulados en el Corral Municipal y en los terrenos de Carabineros”, detalló.
A diferencia de remates anteriores, en esta ocasión se estableció un piso mínimo de $1.000.000 para la subasta. “De las tres empresas que postularon, sólo una cumplió con los requisitos y se adjudicó el lote completo”, agregó Oyarzo.
El destino de los buses amarillos
Radonich también abordó el caso específico de los buses amarillos adquiridos en la gestión del exalcalde Vladimiro Mimica, los cuales ya no cumplían con la normativa para el transporte público. “Estos buses fueron parte de una compra cuestionada que derivó en sanciones de la Contraloría para funcionarios municipales. Fue una adquisición que, aunque tenía un propósito en teoría positivo, terminó convirtiéndose en un problema de probidad. Ahora, al rematarlos, cerramos un capítulo que generó dificultades para la administración municipal y evitamos que continúen ocupando espacio sin posibilidad de uso real”, remarcó el jefe comunal.
Explicó que la normativa establece que los vehículos de transporte público solamente pueden durar 17 años desde su fabricación. Por tanto, la mayoría de los buses amarillos tenía muy poca vida útil. “Por eso que uno los veía estacionados, pero no podían utilizarse justamente para el transporte público. Estos buses también son parte del remate. Hay ocho rematados en este instante y dos que se regalaron a dos fundaciones para hacer la biblioteca y van a tener otro uso. Pero lo importante es que estos vehículos se van a convertir en chatarra”.