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Las deudas pendientes con la comunidad sorda de Punta Arenas

Martes 11 de Febrero del 2025

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Julie Ann Christie Christie, presidenta de la Agrupación de Sordos de Punta Arenas, expone las barreras que enfrentan las personas sordas en la ciudad. La falta de accesibilidad en servicios públicos, salud y educación limita su autonomía y derechos, perpetuando su exclusión social.

Un informe de Ciper da cuenta que en promedio, a nivel nacional, las personas sordas adultas presentan un nivel lector que no sobrepasa el equivalente a un cuarto básico. Enfrentan, además, mayor prevalencia de depresión, ansiedad y otros desafíos emocionales o conductuales que el promedio de la población. Sin embargo, ni el sistema de salud ni el de educación cuentan con intérpretes que puedan darles la atención a la que tienen derecho por ley. 

Desde Magallanes, Christie aborda estos desafíos y relata una de las situaciones más complejas, pedir ayuda en caso de emergencia. “¿Cómo llamo a bomberos? sé el número que hay que marcar, pero ¿cómo llamo? y ¿Cómo informo esta situación?”, plantea, quien recuerda la historia de una familia donde los padres sordos pidieron a su hijo, quien podía hablar, que se contactara con emergencias, pero no le creyeron, pensando que era una broma y fueron víctimas de robo.

La dirigenta señala que la mayoría de los trámites y convocatorias, como subsidios o información en hospitales, están disponibles sólo en español (para personas oyentes), lo que dificulta su comprensión para las personas sordas. “Una persona sorda puede entender una pequeña frase, como pequeños carteles, pero temas como los subsidios o las fechas no están claros. No nos explican cómo acceder, cuáles son los documentos, etc.”, afirma.

En el ámbito de la salud, los problemas son aún más críticos. Christie relata casos en que la comunicación es un problema. Muchas personas de la comunidad sorda no entienden los diagnósticos o las palabras técnicas, además no tienen el acceso a la información necesaria para entender y muchas veces los equipos no intentan explicar el diagnóstico. 

En otros casos los pacientes siendo personas sordas no tienen cómo explicar su historial médico a los equipos de salud, por ejemplo, en el caso de alergias a medicamentos.

Educación: un sistema
que no se adapta

En el ámbito educativo, Julie Ann critica la falta de adaptación para los estudiantes sordos. “Antes existía un pabellón de sordos. Ahora hay programas de integración, pero no es suficiente. Los profesores enseñan en español, y los estudiantes sordos copian lo que escribe el compañero, pero no entienden lo que hace el profesor”, reconoce.

Además, la gramática del español es un obstáculo. “Nos enseñan verbos y preguntas básicas, pero leer e interpretar textos en español es muy complejo. Por ejemplo, la prueba de conducción tiene un lenguaje técnico que no entendemos”, sostiene Christie.

En el quehacer laboral, las personas sordas enfrentan barreras debido a la falta de intérpretes. “Siempre me llaman: “Oye, Julie, ¿por qué no hay intérprete?”. Las empresas no contratan intérpretes, y las personas sordas no entienden las charlas o las normas laborales, les piden que vayan, pero no hay interpretes”, remarca.

Reconoce que la discriminación y la falta de empatía son recurrentes. “Las personas oyentes creen que somos tontos, que no podemos vivir solos. Eso es molesto”, indica. Además, la falta de subtítulos en películas o información accesible en campañas públicas excluye a la comunidad sorda. “En el cine, te dicen que hay subtítulos, pero no es cierto. Las películas están dobladas al español, y no entendemos”, expone.

Christie enfatiza la necesidad de más intérpretes de lengua de señas en instituciones públicas, hospitales y empresas. También sugiere adaptar los materiales escritos a un lenguaje más accesible. “Tránsito, por ejemplo, debería hacer una forma gramatical para las personas sordas. No es trampa, es adaptación”, argumenta.

La comunidad sorda de Punta Arenas enfrenta barreras que limitan su autonomía y derechos. Julie Ann Christie, desde su rol como presidenta de la Agrupación de Sordos, busca visibilizar estas dificultades y promover cambios que permitan una verdadera inclusión. “No queremos dependencia, queremos autonomía”, sentencia.

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