Conmoción por fallecimiento de Héctor “Gordo” Almonacid, un grande del automovilismo fueguino

El automovilismo deportivo de Porvenir se vistió ayer de luto por la repentina muerte, a los 55 años de edad, de quien fue destacado y emblemático piloto del automovilismo fueguino, Héctor “Gordo” Almonacid Gallardo, quien durante la madrugada sufrió un fatal paro cardíaco en la localidad argentina de El Calafate, mientras disfrutaba de sus vacaciones junto a parte de su familia.

Sus parientes y la Asociación Deportiva Local Fueguina de Automovilismo (Adelfa) ultimaban gestiones para poder traer de regreso los restos del querido corredor hasta su ciudad natal, lo que podría ocurrir mañana viernes, donde sería recibido por sus pares junto a las máquinas de competición que por tantos años condujó en las rutas de Tierra del Fuego.

José “Mako” Cortés, uno de los históricos directivos de Adelfa, recordó que el desaparecido piloto estuvo durante cuatro años entre los cinco pilotos en alcanzar un podio en el Gran Premio de la Hermandad, competencia en la que participó en inumerables oportunidades y habiendo ganado dos veces una de sus etapas.

RECORD HISTORICO

Una de ellas fue con un récord histórico de velocidad -que no ha sido superado- en el tramo Porvenir-Río Grande. También participó durante diez ediciones en el Gran Premio Karukinka, otra emblemàtica competencia fueguina, el que ganó en dos ocasiones y recolectó decenas de trofeos en distintas otras pruebas locales efectuadas en el circuito “René Schneider”.

Asimismo, tuvo destacadas participaciones, logrando primeras posiciones en el campeonato de rally Apitur de Río Grande y un par de veces en la pista del autódromo Cabo Negro.

El recordado “Gordo” era un corredor nato, que se inició desde muy joven como navegante de Juan “Manzana” Vargas en un auto Datsun, cuando el afamado apodo no correspondía a su delgada contextura física, sobresaliendo después como mecánico, profesión en que alcanzó alta destreza.

GRAN PREPARADOR

En esa amalgama piloto y mecánico, sobresalió como preparador de máquinas de competición, especialmente para el Gran Premio, donde aparte de su propio coche, alistaba autos para otros corredores, incluso para novatos a quienes -con un noble espíritu de cooperación- les enseñaba la parte mecánica y cómo obtener destreza para correr y, aparte, hacía sin costo alguno la mantención de los carrobombas de Bomberos.

Cortés afirmó que Almonacid “siempre estaba llano a entregar conocimientos adquiridos”.

Entre los autos que empleó el desaparecido porvenireño, en las categorías “grandes” y luego las multivalvulares, se cuentan un Fiat 125 potenciado -el primero que tuvo-, un Volkswagen y un Hyundai, consiguiendo sus mejores resultados en el Gran Premio con la marca alemana y Subaru.

Pero Almonacid, a pesar de que nunca quería integrar un directorio, también cooperaba con la organización del automovilismo, aportando ideas innovadoras al reglamento del GPH, siempre con miras a mejorar la prueba internacional.

El “Gordo” Almonacid era hijo de Héctor Almonacid y Sonia Gallardo, ambos antiguos mineros artesanales auríferos, por lo que vivió de niño en los altos del cordón Baquedano, lo que con el tiempo le dio cierta ventaja al conocer las complicadas rutas de esas serranías.

Era casado con Gloria Culún Magán, con quien tuvieron tres hijos, hoy ya adultos (Camila, Bastián y Alexis), quienes también han incursionado en el automovilismo y motociclismo con prometedores resultados, en el caso de Camila como navegante, e incluso su esposa corrió un par de veces en pruebas locales sólo para mujeres.

SENTIMIENTOS
DE PESAR

Diversas instituciones locales, regionales y argentinas se expresaron ayer en redes sociales manifestando su hondo pesar por el deceso de Héctor, entre ellas recogemos las palabras de su hermano Javier que dijo: “No sabes cómo te voy a extrañar y siempre recordaré que gracias a tí llevo en la sangre el deporte ‘tuerca’ que tanto nos apasiona a toda la familia”.

Su compañero de ruta, Diego Aguilar, resumió: “¡Cuánto te vamos a extrañar, viejito! Las palabras sobran pero gracias por tan lindos momentos compartidos, gracias por ser incondicional siempre. Sólo dale mucha fuerza a tu hermosa familia”.