IA, adonde iremos a llegar
Los temas tecnológicos, como la inteligencia artificial (IA), están transformando a pasos agigantados las sociedades, y su impacto en áreas como la libertad de información y el acceso a plataformas digitales es fuerte y preocupante. Por ende es bueno poder explorar algunos de los efectos claves que ya están ocurriendo y cómo podrían estos evolucionar.
La IA sin duda está cambiando la manera en que procesamos, analizamos y compartimos información. Por un lado, ésta puede hacer que los sistemas sean más eficientes y personalizados, mejorando la experiencia de los usuarios en plataformas digitales. Sin embargo, no hay que olvidar que también plantea preocupaciones sobre la privacidad y la manipulación de la información.
Muchas plataformas utilizan IA para filtrar y organizar la información que llega a los usuarios. Esto puede ser útil para personalizar el contenido, pero también puede generar cámaras de eco y sesgos en los algoritmos, donde los usuarios solo reciben contenido que confirma sus creencias preexistentes. Esto limita el acceso a una información diversa y libre.
Los sistemas de IA también pueden ser utilizados para generar noticias falsas de manera convincente, lo que agrava el problema de la desinformación. La rapidez con la que los “bots” pueden difundir información en plataformas sociales puede afectar la calidad del discurso público, con todo el peligro que esto implica.
El uso de IA plantea preguntas sobre los derechos de los individuos, en especial en cuanto a la toma de decisiones automatizadas que afectan la vida de las personas, como la selección de contenido o la personalización de anuncios. Esto puede erosionar en gran medida la libertad de elección.
La propiedad intelectual (PI) se ve cada vez más desafiada por las tecnologías emergentes. Las plataformas digitales permiten que el contenido se comparta, copie y distribuya a una velocidad nunca antes vista. Esto genera tensiones entre la protección de los derechos de autor y la libertad de acceso a la información.
Las plataformas digitales (como YouTube, Spotify o redes sociales) a menudo tienen un control significativo sobre el contenido que se publica y distribuye, lo que puede restringir la distribución libre de información. Los algoritmos de moderación y las restricciones de acceso a contenido pueden afectar la libertad de expresión, limitando lo que los usuarios pueden compartir o ver.
Los chips de última generación facilitan el uso de IA en sistemas de control de la información. Por ejemplo, podrían ser utilizados para crear filtros más sofisticados en plataformas digitales, lo que podría ser utilizado tanto para proteger la información como para censurarla. Las autoridades gubernamentales o las grandes empresas pueden utilizar estos avances para controlar la información que circula a nivel global.
Las plataformas digitales son ahora los principales canales a través de los cuales las personas acceden a la información, pero también están sujetas a restricciones y moderaciones que afectan el acceso a la información. Dado lo anterior, los gobiernos y las empresas pueden imponer restricciones sobre lo que se puede compartir y acceder. La censura puede ser más sutil (como el uso de algoritmos que desincentivan ciertos tipos de discurso) o más explícita (bloqueando el acceso a contenidos específicos).
En resumen, los avances tecnológicos están remodelando la libertad de información y el acceso a plataformas digitales, creando oportunidades pero también nuevos desafíos en términos de control, equidad y privacidad. El futuro dependerá de cómo gestionemos estos avances y cómo logremos equilibrar la innovación con la protección de derechos fundamentales.